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¿Quién ganaría?

Iniciado por leumas hispanus, 17 sep 2008, 13:28

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DecimoValerio

Jajaja, claro, el problema era llegar hasta ellos. Si fueron capaces de destrozar cargas de caballería pesada francesa durante las guerras de Italia y ya a mediados del siglo XVI en San Quintin, crees que una potencia de fuego superior como la de los Tercios no desorganizaría a una legion romana? Yo creo que no llegaría muy lejos (estamos hablando como se supuso de ejércitos de dimensiones parecidas)

caliban66

Y lo malo es que siempre puedes decir a los soldados de los Tercios:
"Muchachos, la comida está en el campamento romano", y así dejas a los legionarios condenados.

Reckila

Y si les dices que la soldada se la han chorizado los lejías, no quedan ni los huesos... :D :D :D

Sopaconondas1

Aquella mañana el frío perforaba los cuerpos más implacablemente que los cuchillos enemigos. Aún era demasiado temprano para que el Sol rompiera en mil trozos, la túnica pálida de la niebla, que se extendía como un sudario, anticipándose a la matanza. La aún invisible llanura rezumaba con el rocío en la escasa maleza de aquella pista de baile que, pronto, acogería la danza macabra.
Lucius Priapus Albertus, tribuno de la XXX Legio Victrix, esperaba, no sin cierta inquietud, el informe de sus exploradores. La tarde anterior habían localizado una fuerza desconocida a media jornada de marcha, por lo que había decidido acampar fuera de su alcance, hasta saber con qué se enfrentaba.

A diez millas de allí, Don Samuel de Vetusta, Capitán General del tercio viejo de Cartagena, observaba asombrado los despojos que le mostraban sus oficiales de caballería. Ante él yacía, agonizando, un hombre, un enemigo capturado esa mañana. Totalmente equipado con armadura segmentada y yelmo con un penacho de crin. Completaba su equipo un cinturón de cuero tachonado, del que colgaba una espada corta. Por increíble que le pareciera, tenía ante él un soldado romano y, por los informes de sus jinetes, había muchos más en un campamento amurallado al otro lado de la llanura. 

El informe no podía ser más increíble para Albertus. Sus jinetes acababan de llegar tras una escaramuza con fuerzas del enemigo. Aunque solo perdieron tres hombres, pudieron alancear a dos de los adversarios. Aunque lo preocupante fue la descripción de las armas de los contrarios. Extraños artefactos ruidosos y relampagueantes, que consiguieron abatir a sus hombres a la distancia de una pica. Tras observar la herida producida en uno de sus hombres, herido por esas armas, pudieron extraerle un proyectil de plomo, semejante al de un hondero, pero que había atravesado el escudo limpiamente. Lo único que tranquilizaba a Albertus era que, a pesar de semejante poder, sus hombres llegaron al cuerpo a cuerpo, lo que delataba una pobre precisión, poco alcance, o una baja cadencia de tiro. De todas formas, habría que ser prevenido.

Cuando el Sol consiguió atravesar la niebla, los dos ejércitos pudieron verse. Tal y como le habían informado, Don Samuel pudo ver que, sobre una pequeña elevación del terreno, se alzaba un campamento fortificado romano, y entre él y sus hombres, se extendían nueve grandes formaciones de hombres, en tres líneas al tresbolillo. Una legión romana formada en triplex acex. Unos 3000 o 3500 hombres, con unos 200 jinetes como el capturado. Supuso que los que faltaban estaban guardando el campamento. Él recordaba de sus libros de historia, que los legionarios estaban fuertemente acorazados y bien armados, con su mortífero gladius hispaniensis, y los dos pila. Ante esas fuerzas, opondría su tercio, 3000 hombres rudos y curtidos, 1000 de ellos arcabuceros, 1700 piqueros y 300 coseletes, con 400 jinetes en las alas. Si se daba prisa, quizás podría emplazar sus tres baterías de artillería, pero no sabía si molestarse en intentar colocar aquellas moles, cada una de las cuales exigía 8 caballos para desplazarse, o más bien arrastrarse por el cenagal de aquellos caminos. Y todo ese esfuerzo para intentar acertarle a un enemigo en avance... Como bien decía el dicho, tan repetido por los españoles, "Si eras alcanzado por una bala de cañón, era que lo tenías escrito en tu destino". Lo que ahora le preocupaba era cómo conseguir que aquella máquina de picar carne que era la legión, no llegara a sus líneas. Finalmente optó por agrupar sus armas de fuego, para provocar una descarga que rompiera la línea romana.

Albertus desplegó sus fuerzas al modo tradicional. Tras dejar una cohorte en el campamento, formó a las nueve restantes en tres filas, en cada fila uno de los tres manípulos de cada una de ellas. El enemigo formó agrupándose en un cuadro de piqueros, colocando delante a infantería armada con armas extrañas, que él asumió que eran las lanzadoras de plomo. Calculó que habría mil de esos infantes. De nuevo le tranquilizó la presencia de los piqueros detrás de ellos. ¿Si esas armas son tan demoledoras, por qué necesitan piqueros formados detrás de ellos?. Le recordaba a las técnicas macedónicas con las armas de proyectiles delante y la falange detrás para parar la carga enemiga. Tenía que averiguar el alcance y la cadencia de esas armas como fuera. Sin pensarlo dos veces envió a sus auxiliares con pila a hacer un amago de ataque, e hizo avanzar al frente de su formación a los Escorpio, uno por manípulo, treinta en total. Los Escorpio, pequeños emisarios de muerte, lanzaban grandes dardos de acero a más de cien metros con una precisión demoníaca. No en vano, los galos en Alesia pensaron que eran cosa de hechicería romana.
Los auxiliares comenzaron a avanzar en dirección al enemigo. 300 en total, formados en tres filas. A cien metros del enemigo comenzaron a cargar a paso rápido. Don Samuel ordenó abrir fuego a sus mosqueteros, en la esperanza de asustar a los velites antes que tirasen su primera descarga de pilum. A setenta metros los 100 mosqueteros comenzaron a disparar en secciones, pero su eficacia era solo del 10% de aciertos. Cuando los velites estuvieron a 50 metros tiraron el primero de sus pila. En ese momento, los mosquetes hicieron una descarga coordinada, y derribaron a 15 enemigos de golpe. La carga de los velites se paró en seco y aguantaron unos segundos. Tras recargar, 40 segundos después, los mosqueteros volvieron a disparar y derribaron otros 15 velites, y recargaron a toda prisa. Los velites, lanzaron el otro pilum  y se retiraron corriendo tras sus filas.

Albertus sonrió bajo su yelmo. Sus velites, hombres curtidos, capaces de aguantar a pie firme la carga de un elefante, se habían comportado como se esperaba de ellos. Ahora ya sabia por qué eran necesarios los piqueros. Las armas eran demoledoras, pero a corta distancia y necesitaban mucho tiempo para recargar. Había perdido 30 hombres, pero el enemigo tenía 300 muertos por los pila. Aunque solo la mitad de ellos hicieron blanco, el enemigo, sin escudo y casi sin armadura no tuvo ninguna posibilidad. Pilum que hace blanco, familia de luto. De todas formas, se consideró afortunado. De no haber habido el enfrentamiento de la noche anterior, hubiera lanzado su legión de frente y hubiera perdido toda la línea con la primera descarga del enemigo.  Ahora era hora de dejar hablar a sus escorpiones.
Desde 100 metros de distancia, comenzaron a rociar las líneas enemigas con sus dardos. Cada descarga provocaba 15 muertos sin riesgos para los romanos. Y cada treinta segundos se repetía la descarga.

Don Samuel estaba preocupado. Los escorpiones no le molestaban demasiado, ya que el número de bajas no era preocupante, pero era desmoralizante. Dándose cuenta de la situación, mandó avanzar a sus tropas. Con la caballería en las alas.

Albertus vio avanzar al enemigo y pensó que aquello ya se iba pareciendo a una batalla más normal. Ordenó formar la línea de batalla. Las trompetas transmitieron las órdenes, y la primera fila de manípulos avanzó al paso, mientras las centurias traseras corrieron a ocupar sus sitio en primera fila, formando una línea cerrada. A una señal de los centuriones, la línea se detuvo y la primera fila de hombres se adelantó cinco metros. Cuando el tercio estuvo a cincuenta metros, la caballería del tercio cargó, mientras los arcabuceros se iban preparando para realizar la descarga mortal a 20 metros, y los mosqueteros lanzaban una descarga cerrada. Los mosqueteros causaron unos 10 muertos, la caballería fue recibida con una lluvia de pila de los romanos más cercanos, y fue abatida mucho antes de poder usar las pistolas. La primera fila de romanos lanzaron sus dos pila, y se retiraron detrás de su formación, siendo relevadas por la segunda fila, y así sucesivamente, se desató una lluvia de muerte sobre el tercio. Tras pocos segundos, 2000 pila habían caído sobre la formación española, que llevaba al frente a los arcabuceros. Apenas 100 arcabuceros habían quedado en pie, y aunque consiguieron lanzar su descarga, provocando casi 100 muertos de la primera fila romana, las segundas filas se lanzan a la carga, apartando las picas con los grandes scuta y abriendose camino con el gladius hispaniensis, mientras los pila de la segunda línea de manípulos siguen cayendo por encima de las cabezas de sus compañeros....

Resultado, tras pocos minutos de batalla, y la total aniquilación del tercio, Roma ha sufrido unas bajas de 200 hombres y una vez más y como siempre, Roma invicta est.




JUSTIFICACIONES A LO ESCRITO

                 Bien, está claro que en este relato, la clave de la supervivencia fue la escaramuza de la madrugada entre equites y jinetes españoles, ya que eso puso a Albertus sobre aviso de la existencia de unas armas desconocidas, lo que hizo que el romano no cargara al método tradicional, lo que habría provocado poner a sus líneas bajo el fuego de una descarga de arcabuces que le hubiera tirado causado del orden de 500 bajas a apenas 40 metros de distancia del enemigo, lo que hubiera sido seguido de una carga de caballería que habría aniquilado un 30% de la legión en pocos segundos.
                  Quedando esto claro, el relato solo pretende poner de manifiesto las limitaciones de las armas de fuego antiguas, contraponiendose a las opiniones de varios posteadores que suponen que un tercio es comparable a una formación napoleónica. Un tercio no puede detener por sí mismo una carga de caballería al estilo de los mosqueteros del siglo XIX. Es más, tanto en Pavía como en Bicoca, las condiciones del terreno fueron determinantes en la victoria de los españoles, porque, un arma de avancarga, con una cadencia de fuego de tiro y medio por minuto, y un alcance efectivo (según las ordenanzas de entonces) de cuatro picas, no puede hacer descargas por secciones y, de hecho, normalmente se optaba por una descarga cerrada que desbarataba la carga del enemigo, y se corría a refugiarse dentro del bosque de picas.
                  Una vez que se comprende esto, se ve que el arma de fuego, nunca se usó como sustituto del arco, si no más bien de la lanza. Para la mentalidad de la época, un arcabuz era una lanza de 20 metros muuuuuy afilada.   
                  Respecto a la artillería de los tercios... qué decir. Su eficacia en batalla era absolutamente nula. Hasta tal punto, que el dicho que aparece en el relato acerca de que morir por impacto de cañón era una señal del destino,era un chascarrillo verídico de la época. Otro ejemplo fue un intento de bombardeo de saturación sobre las lineas españolas atrincheradas en na posición. Tras nueve horas de bombardeo incesante (bueno, todo lo incesante que podía ser en la época) solo habían muerto dos mulas y un sargento. Los tercios llevaban artilleria para batir muros, no formaciones enemigas.
                   Lo de que los romanos huirían... no creo, los zulues eran mucho más atrasados tecnológicamente que los romanos, y no huían de los rifles ingleses.

                   Por lo demás, no creo haber exagerado ni la eficacia de las armas romanas, ni menospreciado la de las españolas. Por lo que visto lo visto, no se quién ganaría, quizás me una a la opinión que dependería del general, pero desde luego, tengo claro que solo haría falta un pequeño detalle para tener un final inesperado, así que lo que tengo que decir es n rotundo NO a la derrota clara de los romanos.

Saludos a todos y decir que me encanta el foro

raul-ToW

Hola Sopaconondas1, bienvenido al foro. Si nos quieres contar mas sobre ti, si juegas a algo, si eres modelista o lo que quieras, te invito a hacerlo en el subforo Nuevo Usuarios.

Muy ameno el relato que presentas, solo comentarte 2 cositas:

1.-Comentas la existencia de un jinete romano con loricae segmentata. ¿En que fuentes tes basas para ello?

2,- Cuando los auxiliares/vélites (que son cosas distintas) utilizan sus armas arrojadizas, las nombras como pila. Pila es el plural de pilum, y este tipo de lanzas arrojadizas solo las llevaban los legionarios y algunas unidades de auxilia en la primera época del Imperio.
Los vélites, que por cierto, se dejan de emplear en combate mucho antes de la aparición de la loricae segmentata, no llevaban pilas, sino jabalinas, mucho mas ligeras.

Bienvenido al foro!

Blooze

Bienvenido Bienvenido. Tremendo relato, tan solo añadir a lo dicho por Raul que la caballeria romana utilizaba espada larga (spathae).

Ciertamente en el relato se da una cierta ventaja inicial a los romanos al hacerles conocer las armas de fuego, pero esta muy bien argumentado el intercambio de fuego inicial y el choque posterior. Posiblemente si al tercio se le pilla por sorpresa y se supera su fuego esta perdido, pero en un segundo enfrentamiento diria que los tercios ganan (como los ingleses contra zulues).

Sopaconondas1

Pido disculpas por las licencias que me he tomado. Se que los velites dejaron de usarse en las legiones que describo, y en mi animo solo estaba facilitar la descripción de la escena, y como vi que alguien comentaba acerca de dotar a los velites y auxiliares con arcabuces, pues tiré por la linea recta, la verdad. Si se prefiere, se puede considerar que esos velites son un grupo de infantería ligera de confianza.
Respecto a la lórica segmentata, pues se trata de una opinión personal. Tras construir una lórica siguiendo mis propios criterios (Teniendo en cuenta lo poco que sabemos de esta armadura tampoco supone una postura muy presuntuosa por mi parte) creo que esta lórica era suficientemente común como para poder suponer que un equite pudiera estar equipado con ella. De todas formas, describí tan someramente al jinete que se me podrían criticar un montón de descuidos, y creo que se me podría objetar antes que un equite llevara gladius que el uso de una u otra armadura, sobre todo cuando es conocido que en el tema yelmos, convivian muchos tipos dentro de la misma centuria, según dónde y cuando hubiera sido equipado el legionario.
En ningún caso, mi humide relato pretende servir de libro de texto, y solo es una forma de mostrar mi opinión, porque creo que discutiendo sobre puntos concretos del relato podremos acercar posturas mas eficazmente.
Espero poder daros más datos sobre mi lo antes posible.

Sopaconondas1

Desde luego... si digo antes lo de la espada... :D

Elmoth

[modo repelente]

El tema de la lorica es peliagudo. Su utilidad principal es parar golpes dirigidos a los hombros, zona que lleva muy reforzada. pro contra, deja el abdomen más vulnerable que llevando una lorica hamata normal y corriente. Viendo lo que sabemos del trasto este, parece que su idea es más la de agazaparse detrás del escudo y entre este y la lorica segmentata conseguir una proteccion más que buena.

Por contra, en los combates de caballería su utilidad seria menor, ya que los golpes no serian tanto de arriba abajo como en combate cerrado de infanteria contra oponentes armados con espadas más largas.

Por ello no creo que la caballeria usara segmenentatas, habiendo opciones más faciles de mantener (el mantenimiento de la segmentata era un infierno, por lo que parece) y más utiles de cara a mantener al jinete de una sola pieza. Es más por utilidad que por posibilidad. POder podrian haberla usado, pero habia mejores opciones al no ser una armaduyra tan buena como otras para los montados.
[/modo repelente]

El relato me lo leo mañana, que tiene buena pinta como pieza de ficcion :)

Xavi

Sopaconondas1

Me alegra que sepas tanto de una armadura de la que, hasta hace bien poco, solo se conocía de escenas en bajo relieves, y de la que solo se encontraron creo que 5 en un magnífico hallazgo, aunque desmontadas, y bastante deterioradas. Problema que comparte con el scutum, del que solo se ha encontrado uno real y unos cuantos ceremoniales. Por no saber, no sabemos ni cómo llamaban a esta armadura los romanos, que ya es saber poco.
Lo que puedo decirte es que eso que la lórica protege poco el abdomen... bueno, lo menos que puedo decir es que no lo comparto. En la zona ventral, la lórica segmentata se compone de láminas de acero que se superponen bastante, es más, yo diría que, con ataques desde abajo, tiene un nivel de protección similar a la escamata, mucho más cara de producir. Y en lo que respecta a lo de trasto, la gente de recreación histórica, habla maravillas acerca de la comodidad de la segmentata.
Si creo que esa armadura podría estar más difundida de lo que podríamos pensar a priori, es por una razón práctica. La lórica segmentata era una armadura baratísima de producir, ajustable a cualquier talla, sin necesidad de tomar medidas al soldado y, de nuevo contradiciéndote, reparable en una pausa del combate usando los materiales que portaba el legionario consigo, desde n trozo de las tiras de las caligae, a un trozo de la túnica, ya que, yo, que no soy ningún armorum fabri de la legión, conseguí fabricar una que no tenía ninguna articulación metálica. (Es cierto que los reconstructores incorporan bisagras metálicas a la articulación del costado, pero como ellos han visto tantas segmetatas como yo, puedo permitirme dar una opinión contraria).

Por último, debemos abandonar la imagen de hollywood de una legión romana formada por "fotocopias" de soldados. Todos iguales y todos igual de equipados. La legión estandarizó, pero no uniformó y, por poner un ejemplo, en la época de Vespasiano, se daba el caso de legiones reforzadas por soldados de los limes fortificados, que sí usaban engorrosas armaduras de placas, y que peleaban al lado de legionarios equipados con segmentatas. Aparte que todo legionario era libre de equiparse de modo privado pagado de su bolsillo, por lo que es perfectamente factible pensar en jovenes caballeros con costosas armaduras anatómicas, otros con lóricas de cuero, y, por qué no, alguno con segmentata.

Me gustaría matizar, aparte de tan interesante debate al respecto del equipamiento del malogrado equite, que el escrito no iba encaminado a ensalzar mis conocimientos sobre Roma, si no a mostrar una opinión funcional sobre la superioridad de las armas de fuego que fuera un poco clarificadora para trabajar sobre ello. Necesitaba un enfrentamiento previo para que Albertus conociera las armas de fuego, y ese enfrentamiento tendría que haber sido entre caballería, y mostrar una descripción del legionario romano que todos tenemos en la cabeza, daba un poco de facilidad a la hora de formar la imagen mental de la escena. Señores, que un escritor español en una reciente novela "histórica" llamaba gladius a la espada romana antes de las guerras púnicas, y no solo no lo ajusticiaron en plaza pública para solaz de los lechones, si no que le publicaron la novela y fue un best seller.
Puedo adelantar otros errores, como que la legión podía llegar a tener 60 scorpios, pero puse un número medio. Que los scorpios tienen un alcance de 400 y no de 100 metros, pero como yo no estaba allí, y no vi a ningún legionario haciendo blanco a 400 metros en la cabeza de un galo, pues mostré el que creo era el alcance táctico del arma, habida cuenta del escaso alcance de los arcos de la época.

En fin señores, que el relato es una forma de dar una opininión favorable a Leumas, y si, Xavi, es un relato de ficción.

Diego

Elmoth

Aha. Interesante opinion.

Talueg,

Xavi

DecimoValerio

He leido el relato con atención y, anteponiendo la ficción a todo lo demás, si que hay muchas cosas cuestionables.
No soy de la opinión del ¿que pasaría? (entre Tercios y Legiones, entre Alejandro y Cesar, entre lusitanos y una bomba nuclear lanzada por un B-52,...) pero en este caso creo que has dado todas las ventajas a los romanos, desde el reconocimiento inicial hasta el final.
Una buena pregunta sería: ¿de que Tercio estamos hablando?, porque los que se llevo el Duque de Alba pocos piqueros llevaban. El 75% eran arcabuceros y, por primera vez como arma de infantería (no en asedios), a los mosqueteros. Estoy de acuerdo contigo con lo de destrozar una carga con arcabuces asi a la ligera no se podía hacer. Se valían del terreno e incluso fortificaciones temporales (por usar terminos de wargames). El caso es que a los franceses les dimos para el pelo y varias veces. También existía la creencia de que los españoles solo disparaban cuando veían el color de los ojos del enemigo. Por eso mismo, a esa distancia, un disparo de una acumulación importante de efectivos, conseguía un elevado número de aciertos (desde impactos directos a la desmoralización de la unidad, que todo vale). Escaramuceando, evidentemente, no tenían la misma efectividad que los "velites" aunque tampoco creo que ellos hicieran mucho.
Lo que esta muy claro o, al menos para mí, es que una confrontación cuerpo a cuerpo (si lo entendemos como lucha a espada) el legionario tendría las de ganar. Una pica no vale para eso y el arcabuz y el mosquete, menos. Y no es que el español fuera malo con la espada, ni mucho menos, pero la armadura legionaria y el escudo, sobre todo el escudo, daría la victoria a los romanos. La ventaja del Tercio era la potencia de fuego y la capacidad para mantener al enemigo fuera de ese querido cuerpo a cuerpo. Las picas que quedaban en el Tercio eran el ultimo reducto de la infantería contra la caballería y, prácticamente, solo valían ya para eso. A eso me refería cuando preguntaba de que Tercio hablamos, pues no es lo mismo 1000 arcabuces que 2300.
Como decia antes, es dificil preguntarse quien ganaría, porque son diferentes formas de combatir
(P.D. en cuanto a destrozar a mi querida caballeria con los fusiles, ni los franceses ni los ingleses eran capaces de conseguirlo a base de disparos. Como se ha dicho, la acumulacion de fuego no era garantía de exito, ni en los Tercios, ni en las Guerras Napoleónicas ni en la Guerra Civil americana. Es más, esa concepción errónea de falta de efectividad de las armas de fuego ante las cargas masivas de infantería, fue lo que provocó la masacre en la I Guerra Mundial y es que, en esa época, si que ya eran más efectivas y darle tanto blanco a una ametralladora, no es muy lógico, jeje)
¡Ah, que me ha gustado el relato!
Espero que os guste el mio cuando salga mi libro en la semana santa del 2009 ¡Hoy no se pondrá el sol!. En el, apuesto por los Tercios del Duque de Alba, jaja.

Sopaconondas1

Decimo, muchas gracias por tomarte la molestia de leer el relato y me alegra que te haya gustado. La verdad es que di cierta ventaja a la legión, aunque, por otro lado, una ventaja factible. Ya digo que no pretendo demostrar la superioridad de la legión, si no desmontar el mito que las armas de fuego dan automáticamente la victoria, al menos estas armas, aún tan primitivas.
Respecto al número de arcabuceros, planteé un tercio medio del siglo XVI. Hasta esta época, los arcabuceros rondaron entre el 30 y el 50% de los efectivos totales. El tercio con un 70% de arcabuceros es ya de la última época, en pleno siglo XVII.
Este cambio en la ordenación del número de armas de fuego, solo se debe a la ineficacia de los arcabuces para parar una carga de caballería en campo abierto, por lo que era necesario contar con las picas. A medida que los arcabuces fueron, poco a poco, pareciéndose a los mosquetes napoleónicos, es decir, que hasta que los arcabuces no lograron un alcance efectivo de 50 metros, no se pudo ir confiando en ellos para parar una carga por sí solos.
En los primeros tiempos, los arcabuceros tenían una función importantísima. La caballería se había ido dotando de pistolas poco a poco, por lo que los piqueros se volvieron vulnerables. La caballería no tenía que entrar al cuerpo a cuerpo, bastaba con sucesivos acercamientos a la formación, y descargar sus armas desde 6 metros de distancia, para ir masacrando a los piqueros y terminar con una carga pesada. Parecido a las técnicas de la caballería ligera de la antiguedad, dotada de arcos o jabalinas.
En esa situación, los arcabuceros recibían a la carga enemiga con una descarga que paraba el impulso del enemigo y quebrantaba su espíritu. Después, los piqueros mantenían a distancia a la caballería, mientras los arcabuceros recargaban y, saliendo por los lados de los piqueros, atacaban a la caballería de pistoleros desde el flanco.   

En cuanto a la puntería, asigné un 15 % de eficacia a los mosquetes a 50 metros, más de la mitad de la eficacia de un mosquete napoleónico a esa distancia. Bastante generoso, ¿no crees?. A los arcabuceros, les otorgué un 100% de aciertos a distancia efectiva, y a los pila, un 50%, que no es, ni de lejos, exagerado. Los scorpio solo tuvieron un 50 % de aciertos, aunque se sabe que eran mucho más precisos.

En fin que, conscientemente, solo di la ventaja a la legion de llegar a conocer las armas de fuego antes del combate. En el resto, intenté ser lo más equitativo posible, y creo que lo conseguí en buena parte. Vuelvo a decir que por probabilidades, ganaria el tercio, pero que no sería la masacre que pintaban algunos.

Saludos, y ya avisaras cuando salga el libro 

leumas hispanus

¿Por que tiene que perder Don Samuel?

Parece majo... ;D ;D

Por cierto bienvenido al foro

Aju!!

Sopaconondas1

Más que nada porque Priapus Albertus es mucho priapus, y es un soldado romano con espada romana y corazón romano. Saludos