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Ejércitos de la Guerra Civil Catalana [Rebeldes Remensas]

Iniciado por Bifrons, 25 jun 2018, 21:19

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Bifrons

Ahí va la siguiente entrada.

Aunque la edad moderna estaba a un tiro de piedra, los ejércitos de la Guerra Civil eran todavía de  carácter puramente feudal, también en la elección de sus líderes. Era impensable ceder el mando a alguien que no tuviera sangre noble, e incluso entre la nobleza era impensable que un simple barón capitaneara un ejército habiendo alguien de mayor dignidad a disposición. Por ese motivo, Hug Roger de Pallars, conde de Pallars Sobirá, era la única elección posible para liderar las fuerzas de la Diputación.



La Casa de Pallars-Mataplana no era la más rica, ni reinaba sobre unos estados especialmente grandes o poblados. Pero no había linaje más noble y antiguo en todo el Principado. Remontaban sus orígenes a los tiempos legendarios de la Marca Hispánica y de los famosos Nueve Barones de la Fama, cuando Cataluña estaba sometida al dominio de los infieles. Según los cronistas, el fundador del linaje, Hug de Mataplana, estaba emparentado con el mismísimo Carlomagno o, en versiones más humildes, con uno de sus paladines, motivo por el cual los Pallars adoptaron el águila bicéfala imperial como símbolo personal. Situadas en los Pirineos catalanes occidentales, junto a la Ribagorza, las montañosas tierras de los condes de Pallars habían resistido el paso de los siglos como baluarte inexpugnable, allí donde todos los demás habían caído. En 1462, el condado de Pallars era el único de los condados catalanes originales que mantenía su independencia y que todavía no había sido absorbido por la corona, a diferencia de lo que había ocurrido con los demás, más poderosos, más ricos, pero también más vulnerables.

Además de su grandiosa herencia, Hug Roger de Pallars, de 32 años de edad, demostró ser un general capaz, si bien la suerte nunca estuvo de su lado. Como noble y militar, sentía un profundo desprecio por la política, a la que tantas veces acusó de frustrar sus esfuerzos en el campo. Fue por la desidia de los consejeros de Barcelona, que tardaron un mes en enviarle pólvora y municiones para las bombardas, que fracasó el cuidadosamente planificado asedio de Gerona, que el conde se vio obligado a levantar meros días antes de que la fortaleza se rindiera. Sus 3.000 hombres, la mitad de los cuales eran milicianos y campesinos, no habrían podido enfrentarse al ejército francés de Gastón de Foix, yerno de Juan II, que acudió al rescate de la reina y del príncipe Fernando a la cabeza de 7.000 peones y 1.400 lanzas de caballería pesada francesa. Prueba de la capacidad logística y táctica del conde fue su retirada a Barcelona con los franceses pisándole los talones: el ejército rebelde logró alcanzar la ciudad condal prácticamente sin sufrir bajas (algo sorprendente para la época, y más contra un enemigo que disponía de cinco veces más hombres a caballo), a la vez que hostigaba a los franceses con ataques esporádicos y razias contra su retaguardia. Cuando los franceses llegaron ante los muros de Barcelona, se encontraron con una ciudad bien defendida y avituallada por mar, y con sus propias rutas de suministro cortadas por las tropas dejadas atrás por el conde, por lo que no tardaron en renunciar y dar media vuelta.



El conde seguiría sirviendo como general de la Diputación hasta la infausta derrota de Calaf, en 1465, en la que cayó prisionero de los realistas. Una vez liberado, tras años de cautiverio en el castillo de Cardona, a diferencia de muchos de sus colegas, se mantuvo fiel a la causa de la Diputación, aún cuando esta estaba perdida. Su lealtad a la rebelión, combinada con su estatus, acabó por fastidiar al rey Juan, que excluyó a nuestro buen conde de la amnistía general que concedió tras la guerra. Refugiado en sus estados pirenaicos, vivió en rebeldía hasta que, en 1484, el rey Fernando II ordenó la conquista del condado de Pallars. Este último episodio de la Guerra Civil se prolongó durante tres largos años, la mayor parte de los cuales el conde pasó en Francia, buscando aliados, mientras su mujer Caterina Albert defendía su castillo de Valencia de Areo con apenas 30 hombres de armas contra todo el poder la Casa de Cardona, enemiga íntima de los Pallars. Pero el conde fracasó, y tras negociar la entrega de la fortaleza, él y su mujer huyeron a Francia.

Tras serle confiscados sus títulos por la corona, Hug Roger de Pallars sirvió el reino de Francia en las guerras de Italia, primero como oficial y luego como condotiero. Sus aventuras acabaron en 1503, fecha en la que fue capturado por las tropas del Gran Capitán y enviado preso al castillo de Játiva, donde murió cinco años más tarde, a los 73 años de edad. Con él desapareció el último gran linaje del Principado.

La miniatura es un condotiero italiano de Perry, que escogí porque se parecía un montón a esta ilustración:



En los apuntes se dice que la figura 2 es un "noble de primer orden", lo cual en términos históricos no significa nada (creo que es una categorización el propio autor), pero sabemos por lo menos que se trata de un noble de alta categoría. Dado que no había muchos linajes que tuvieran el águila bicéfala en su escudo, he asumido que se trataba de una representación del conde de Pallars. Y como he encontrado una miniatura que se le parecía, no he dudado!

Yuber Okami

Mira que esa información sobre Pallars-Sobirà es difícil de conseguir...

Solo una cosa: a mi me parece que los ilustradores se han tomado licencias a base de bien. En aquella época diría que solo los nobles más poderosos llevarían armaduras de placas completas - aun recuerdo una ilustración de Osprey donde Alvaro de Luna destacaba entre sus tropas precisamente por eso. Creo que es por una mezcla de la forma de hacer la guerra en la peninsula (generalmente muy móvil), el clima (porque en invierno no se hace la guerra y el resto del año como haga sol te asas vivo) y la economía (en Italia había una gran proliferación de armaduras de placas en la época, pero es que sus estados eran asquerosamente ricos). Pero no soy historiador, así que es solo una opinión personal.

mukitauro

Pues que chulo y que pintado mas bonito. Muy buen acabada la sobrevesta y la bandera.

Lord Borjado

Enganchado me hallo a este hilo. No conocía nada sobre el conflicto y estoy disfrutando de lo lindo con su doble vertiente, la de pintura y la documentación.

Bifrons

Cita de: Yuber Okami en 14 ago 2018, 09:26
Mira que esa información sobre Pallars-Sobirà es difícil de conseguir...

Solo una cosa: a mi me parece que los ilustradores se han tomado licencias a base de bien. En aquella época diría que solo los nobles más poderosos llevarían armaduras de placas completas - aun recuerdo una ilustración de Osprey donde Alvaro de Luna destacaba entre sus tropas precisamente por eso. Creo que es por una mezcla de la forma de hacer la guerra en la peninsula (generalmente muy móvil), el clima (porque en invierno no se hace la guerra y el resto del año como haga sol te asas vivo) y la economía (en Italia había una gran proliferación de armaduras de placas en la época, pero es que sus estados eran asquerosamente ricos). Pero no soy historiador, así que es solo una opinión personal.

Yo tenía esa misma impresión, tras haber leído las fuentes de Osprey, sospecho que las mismas que tú (concretamente, Armies of Castille and Aragon 1370-1516). Osprey es útil para hacerse con una idea por donde iban los tiros y como fuente de esquemas de colores y demás, pero no son los evangelios. Lo que dice Osprey seguramente sería cierto hasta principios del siglo XIV, pero a finales del medievo, con los avances tecnológicos realizados en Italia, un arnés completo pesaba poco más de 25 kilos y, con el peso repartido entre la cintura y los hombros, resultaban mucho más ligeros de lo que la gente piensa. Además, raro era el noble que no pudiera permitirse un arnés (el precio era equivalente al de una vivienda de hoy en día, aunque, como ocurre con las viviendas, el precio podía variar mucho en función de la calidad). Hasta los soldados rasos empezaron a llevar protecciones de placas. De hecho, en 1462, Joan de Marimón, capitán de la Bandera de Barcelona (la milicia concejil, para entendernos), se queja en sus cartas de que los hombres que le envían "carecen de corazas y no están bien armados para la guerra". 

Por lo que he podido leer y observar, a finales del siglo XV, la nobleza y soldados hispanos llevaba armadura de placas en la misma proporción que el resto de la nobleza y soldadesca europea, y los nobles rara vez luchaban "a la jineta", como sugiere Osprey, especialmente aquellos nobles de cierto nivel (llevar a cabo razias contra campesinos estaba muy por debajo de la dignidad de un conde o de un duque). Las principales fuentes de la época que tenemos sobre estos temas (ilustraciones y esculturas) casi siempre muestran a los nobles vistiendo armadura de placas de algún tipo, a menudo de estilo italiano (el más común en la Corona de Aragón). Tampoco faltan ilustraciones de hombres de armas y peones con armadura de placas en el torso, brazos o piernas.

Donde si te doy la razón es en el hecho que el ilustrador se ha tomado ciertas libertades con los caballos. Las bardas de placas de acero para caballos eran inmensamente caras y complejas de producir, por lo que eran extremadamente raras y solo estaban al alcance de los nobles más acaudalados. Es poco probable que fueran frecuentes en Cataluña.

Ulrich

Para mi es uno d elos mejores hilos actuales en juegos d eminiaturas. mis felicidades.

Dicho esto, no hay ningún museo o armería con muestras  de la época?  La armería real me suenan que es un poco posterior, pero en Toledo me suena que se han expuesto armaduras de las guerras civiles castellanas en la exposición del Gran Capotan por ejemplo.

Bifrons

En Cataluña hay algunos ejemplos repartidos aquí y allí, pero ninguna colección unificada. Y, salvo excepciones, lo que hay es de una calidad discutible. En general, gran parte del patrimonio militar medieval catalán se ha perdido, principalmente debido a las guerras, a la decadencia de la clase militar catalana o a la simple falta de interés. No es casualidad que queden tan pocos castillos catalanes en pie (es decir, que sean identificables como castillos, no simples montones de piedras con algo que parece una torre a medio levantar). La mayor parte de patrimonio medieval superviviente es arte sacro, que se beneficiaba de una mayor protección. Lo más completo (es un decir) que teníamos en materia de historia militar era el museo del castillo de Montjuic, que tenía más pinta de almacén de cañones oxidados y uniformes infestados de polillas que de museo. Pero el ayuntamiento de Barcelona lo cerró cuando Defensa le traspasó el castillo hace unos años. Aunque es cierto que podrían haberlo reformado, admito que no fue un gran perdida.

Hoy en día, paradójicamente, la mayor colección de armas y armaduras catalanas de la época se encuentra en el Museo del Ejército de los Inválidos, en París. Por desgracia, la última vez que estuve en la capital francesa todavía estaba metido en Warhammer 40.000 a tiempo completo y no pensé en hacer fotos. Otra vez será :)

koniev

de las miniaturas poco que decir mas allá de lo bien que te quedan. El trabajo de documentacion es magnifico y no me cansaré de repetir lo grandisimo que es este post y tu proyecto,lo mejor que he visto  en años.

Yuber Okami

Hombre, yo tenía más referencias a ese respecto: otros osprey (como el medieval military tactics, creo que se llamaba), las figuras de hispano-napolitanos de TAG (donde la mayoría de tropas no es que lleven un arnés completo) o (la referencia más rocambolesca) una lista de equipo de la expedición de Coronado de 1540, donde la mayoría de tropas llevan cotas de malla y solo hay 5 armaduras completas, 4 de Coronado - aunque hay que decir que seguramente los conquistadores compraron estas armaduras "de saldo" en España, porque ya estaba desfasadísima.

Lo del arnés para caballos no lo sabía. Solo sabía que en Pavía los ejércitos imperiales ya no lo usaban por orden directa del rey.

¿Hay pocos castillos en pie en Cataluña? yo diría que más que en otras partes de España. El sur de Aragón - oeste de Valencia estaba plagado de castillos enormes hasta las guerras carlistas, cuando se volvieron a usar y se dinamitaron al tomarlos los cristinos, y esos si que están abandonados de verdad. Yo he visto castillos donde, cuando llueve con fuerza, salen a la luz estructuras enterradas (como en El Poyo, donde hasta se ven muros en la foto vía satélite). O pueblos donde tienes que llevar a la persona "encargada" del patrimonio de la mano a enseñarle las aspilleras y las bases de las torres (de sillería para más huevos) que tienen "ahí donde está el castillo, pero ya no queda nada". De todas formas, a mi me da que salvo honrosísimas excepciones (ejemplo: Consuegra) la mayor parte de municipios de España han dejado que su patrimonio militar se fuera al infierno, cuando no lo han destrozado ellos mismos (ejemplo: Alpuente).

Bifrons

Cita de: Yuber Okami en 14 ago 2018, 23:50
Hombre, yo tenía más referencias a ese respecto: otros osprey (como el medieval military tactics, creo que se llamaba), las figuras de hispano-napolitanos de TAG (donde la mayoría de tropas no es que lleven un arnés completo) o (la referencia más rocambolesca) una lista de equipo de la expedición de Coronado de 1540, donde la mayoría de tropas llevan cotas de malla y solo hay 5 armaduras completas, 4 de Coronado - aunque hay que decir que seguramente los conquistadores compraron estas armaduras "de saldo" en España, porque ya estaba desfasadísima.

Lo del arnés para caballos no lo sabía. Solo sabía que en Pavía los ejércitos imperiales ya no lo usaban por orden directa del rey.

¿Hay pocos castillos en pie en Cataluña? yo diría que más que en otras partes de España. El sur de Aragón - oeste de Valencia estaba plagado de castillos enormes hasta las guerras carlistas, cuando se volvieron a usar y se dinamitaron al tomarlos los cristinos, y esos si que están abandonados de verdad. Yo he visto castillos donde, cuando llueve con fuerza, salen a la luz estructuras enterradas (como en El Poyo, donde hasta se ven muros en la foto vía satélite). O pueblos donde tienes que llevar a la persona "encargada" del patrimonio de la mano a enseñarle las aspilleras y las bases de las torres (de sillería para más huevos) que tienen "ahí donde está el castillo, pero ya no queda nada". De todas formas, a mi me da que salvo honrosísimas excepciones (ejemplo: Consuegra) la mayor parte de municipios de España han dejado que su patrimonio militar se fuera al infierno, cuando no lo han destrozado ellos mismos (ejemplo: Alpuente).

Tristemente, con los castillos catalanes ocurrió algo muy similar. Muchos de los que todavía seguían en pie tras las destrucciones de la Guerra Civil del siglo XV, la Guerra de los Segadores y la Guerra de Sucesión fueron demolidos por orden de Felipe V, para prevenir o dificultar futuras sublevaciones. Ha habido esfuerzos de restauración muy loables, como el castillo de Montsoriu, en el que han participado desde los ayuntamientos locales a la Generalitat, pero son una ínfima minoría en relación a la ingente cantidad de ruinas que salpican la geografía catalana. Los castillos mejor conservados que existen en la actualidad dejaron de ser piezas del patrimonio nacional cuando sus propietarios decidieron convertirlos en salones para banquetes de boda y casinos.

En cuanto a las armaduras, no digo que el uso del arnés fuera generalizado, que no lo era (solo entre la nobleza). Raro era el peón que podía permitírselo. Sin embargo, el uso de piezas de equipo de acero templado, como corazas, quijotes, hombreras o guardabrazos, juntas o por separado, se volvió muy común entre la infantería de finales del medievo. También era frecuente el uso de brigantinas y otras armaduras que, aún siendo más baratas, proporcionaban un nivel de protección inestimable. Su calidad era inferior a la de los arneses, pero eran lo suficientemente baratas para estar al alcance de un hombre relativamente acaudalado (es decir, la mayoría de soldados profesionales de la época).

FJ

Preciosos soldados, con las mejores minis para representar la época.

Bifrons

Seguimos con cañones. La artillería no era algo nuevo en 1462, aunque había progresado significativamente  a lo largo de los anteriores 100 años, y especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XV. El "amateurismo" que inicialmente impregnó tanto la forja de cañones como su utilización efectiva en el campo de batalla estaba pasando a mejor vida. Aunque todavía no eran los profesionales formados en escuelas de artillería del siglo XVI, los artilleros del siglo XV eran significativamente más conscientes de lo que hacían que sus predecesores. Sin que podamos hablar de "ciencia artillera", el proceso de fabricación y disparo había evolucionada hasta adherirse a una serie de estándares y principios básicos. Una de las revoluciones de mitades de siglo fue la introducción de los primeros ejemplares de artillería de campaña. Las bombardas, si bien poderosas, eran armas de asedio, demasiado pesadas para usarse en campo abierto (montarlas y apuntarlas en la buena dirección era un proceso que podía llevar horas). Pero el siglo XV vio el nacimiento de cañones de calibre menor (entre 5 y 7 centímetros) y mucho más ligeros, que podían montarse sobre una cuña y moverse con mayor libertad. A pesar de ser muy similares en cuanto a concepto, recibieron nombres distintos, como cerbatana, culebrina, falconete o pasavolante.



No por ello la artillería se convirtió en un factor decisivo, o ni siquiera importante, en el campo de batalla. Los principales escollos que todavía restaban por superar eran la logística y el precio. Mover un cañón por los caminos de la Europa medieval, especialmente por aquellos que atravesaban el agreste paisaje hispánico, era todavía una tarea de inmensa dificultad. Asimismo, la calidad de la munición y la pólvora era variable, especialmente en el caso de la primera: los proyectiles de piedra que se usaron hasta finales del siglo XV se tallaban a mano y con materiales diversos, por lo que no había dos piedras de cañón exactamente iguales. Así que, en realidad, que un tren de artillería en condiciones de disparar lograse hacer acto de presencia en un asedio, y aún más en una batalla campal, requería como poco que se alineasen los planetas.



Porque además de poco móvil, la artillería seguía siendo muy escasa. No es casualidad que casi todos los cañones usados durante la Edad Media fueran de propiedad de la corona o de algún ente público igualmente poderoso. El precio de una bombarda podía oscilar entre las 3.000 y 4.000 libras (algo así como el 6-8% del presupuesto anual que manejaba el Consejo de Ciento), y las piezas de menor calibre, si bien más baratas, eran igualmente prohibitivas para alguien que no fuese el estado. El tren de artillería de la Diputación durante el asedio de Gerona constaba de 2 bombardas y de un número indeterminado (aunque seguramente reducido, no superior a 4 o 5) de cerbatanas. No he podido encontrar referencias sobre el ejército realista, pero imagino que tendría un número similar.



Para el ejército de la Diputación, mi idea es pintar dos piezas menores (el tipo más común en Cataluña era la cerbatana) y, más adelante una de las dos bombardas, concretamente la que recibió el nombre de Santa Eulalia, patrona de Barcelona. De momento os dejo con la primera cerbatana, también  de Perry (como casi todo en este proyecto), salvo el barril y el cubo de agua, que compré en una tienda de modelismo naval, y las balas de cañón, que son simples bolitas de masilla verde. Uno de los artilleros lleva una librea con la cruz de San Jorge, dado que este cañón es propiedad de la Diputación.

FJ


Caballero Andante

Bifrons, sigues a un nivel de 10 sobre 10 en documentación, pintado y velocidad.

Muchísimas gracias por compartirlo y enhorabuena por un proyecto más que excelente.
:cc

Comandante_Peiper

Hola a tod@s, lo digo sin rubor "estoy totalmente enganchado a tu proyecto" :rev :rev.
Sigue así.
Un saludete