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relatos de las bandas del torneo 7G

Iniciado por diegorg, 29 may 2014, 00:15

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Von Browne

El mio también, por supuesto! Quien no ha leído de Al Akbar Vha-Fank-Uhlo en los libros de historia? :)

Ainvar2000

No os preocupéis, que todos los que se crucen con Sigwulf acabaran siendo historia :P

erikelrojo

Vosotros a vuestro rollo, pero yo hablaba en serio. Da la puñetera casualidad que hubo un heredero primogenito de la corona de Noruega llamado Erik Haraldson, cuya historia coincide con mi faccion para el torneo, y cuya biografia he utilizado para inspirar mi mini-relato. A mi me parecio muy curioso cuando me puse a buscar formacion sobre mi banda.

Von Browne

Perdona, no sabia que estabas hablando de Erik Haraldsson (con dos "s" puede ser que es por eso que me equivoqué) apodado Bloodaxe. Pensé que era un broma, un juego... porqué el torneo de Saga sigue siendo un juego, justo?

tioculebras

SAGA NO ES UN JUEGO!!! Es la vioda misma  :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik :vik

diegorg

el relato de theodrid
Las cosechas han sido muy buenas, el ganado se reproduce y engorda. Normandía son campos donde los campesinos son felices, bajo el amparo de su señor y la fe en dios.
Pero los barcos invasores surgen de la niebla, esos adoradores paganos viniendo de la niebla se creen que seremos cosechados como trigo maduro.
Yo Lord Theodrid juro por la sangre de Cristo que los echarè al mar, y con mi espada en la costa juro que Normandía no caerá jamás. Aunque tenga que llevar la muerte a sus tierras, y mi venganza no conoce límites.
Mis riquezas están al servicio del Rey Guillermo, y no habrá clemencia , Ballesteros italianos , caballería franca , lanceros flamencos , arqueros galeses ...los mejores soldados de la cristiandad estarán a mi lado y mis tierras serán seguras.
La venganza se Cristo

diegorg

Durante largos años se pensó que el gran aventurero y conquistador vikingo Snorri lengua de culebra, protagonista de una de las Sagas nórdicas más conocidas, había sido un personaje de leyenda . En ella se narraban sus grandes hazañas y sus grandes viajes. Pero nada más lejos de la realidad. Un monje que capturó en el norte de Hispania, en uno de sus viaje, cerca de la ciudad de Santiago escribió los relatos que le contó el mismo Snorri durante sus habituales borracheros nocturnas.

En esta historia se narra su verdadera y no tan valerosa Saga....

Snorri lengua de culebra, el valiente, el navegante,... el farsante. Su valor proclamado a los cuatro vientos por sus paisanos es falso. Es uno de los personas más cobardes y abyectas que nunca he conocido ni conoceré y he aquí su infame historia:

Snorri creció en una de las familias más ricas de Gotland. Durante su infancia no ocurrió nada digno de mención en la vida de Snorri, aparte de crecer sin tener un solo rasguño y su dentadura intacta, a diferencia de sus hermanos mayores, que siempre estaban peleándose para ver quien era el más fuerte. Snorri tenía el don de usar sus mañas para hacer que sus hermanos siempre estuvieran enfrentados entre sí, dejándole a él en paz ahorrándole los coscorrones y puñetazos que le correspondían. Al comenzar a salirle la barba, su padre le bautizó como lengua de culebra, por su gran habilidad para enfrentar a los amigos y hermanos entre sí.

Al cumplir los 17 años, Snorri fue enviado en una incursión contra uno de los muchos Jarls que luchaban entre sí por el derecho a cultivar nabos en las miseras tierras del norte pertenecientes a su reino.
Snorri temblaba de los pies a la cabeza cuando se calzo la cota de malla y agarró el hacha de su abuelo. Durante la batalla se las compuso para evitar estar en la primera línea del muro de escudos animando desde la retaguardia y dando ordenes a los valientes guerreros que le acompañaban.
Cuando la batalla empezó a ir mal para su clan, demasiados guerreros iban camino del Valhalla, intentó escapar. Afortunadamente, en el momento que giraba para huir, uno de sus compañeros cayó muerto sobre él. Incapaz de moverse, victima de un inmenso terror decidió que lo sensato era hacerse el muerto y esperar a que se fueran todos.

Mientras a su lado, la batalla era cada vez más encarnizada. Al caer el sol, solo dos enemigos quedaban en pie. Ese fue el momento que aprovechó Snorri para levantarse. Cogió su hacha y la descargo contra las espaldas de sus dos enemigos. Tras derribarlos, comenzó a rematar a los dos hombres malheridos gritando como un poseso ODIN!! ODIN!!
Cuando sus hombres lo vieron en pie,con el sol del atardecer a su espalda, con el hacha ensangrentada y matando enemigos, rompieron en gritos de jubilo y alegría SNORRI!! SNORRI!!. Habían ganado el día gracias a Snorri pensaban alegremente. Los dioses estaban con el valeroso muchacho, había luchado y salido de la batalla sin un solo rasguño.

El recibimiento en su poblado fue digno de un héroe. Esa noche disfrutó la mejor cerveza, la mejor carne y de la sirvienta con los pechos más voluminosos de la aldea.

La vida sonreía a Snorri, hasta que a la aldea llegaron nuevas. Una tierra al oeste había sido descubierta y se estaban preparando barcos para enviar una expedición. Quien mejor que Snorri para encabezarla, pensaron los de su aldea.
Cuando Snorri se enteró, a punto estuvo de vomitar de puro miedo. Esa noche huiría de la aldea. Cuando esa noche tormentosa se encontraba preparando sus cosas para largarse, la puerta de su choza se abrió. Snorri se quedó paralizado. Ante él estaban los hombres más fuertes y valerosos de la región. Habían acudido a la aldea al saber que el joven y valiente Snorri encabezaba la expedición. Ahora gritaban de jubilo al conocer al valiente que les guiaría. Snorri esa noche ya no pudo dormir.

Maldiciendo por su mala suerte, pues durante los días que siguieron a la noche de su fracasada huida, no se separaban de él sus nuevos y numerosos seguidores. A todos lados le acompañaban esperando verle hacer alguna gran acción, Snorri embarcó al amanecer. Tras un tranquilo viaje, una semana más tarde, los acantilados estaban a la vista......

diegorg

esta es la de viriato

EL DRAGÓN DE TRES CABEZAS

      -Te juro  por todos los dioses Olaf, que estoy cansado de bajar al barro, lo único que me apetece es retozar con mi joven esposa y  ver crecer a mis hijos.

Osrick el ealdorman de Fulford contemplaba el cielo moteado, estaba tendido en el suelo, apoyado sobre una larga piedra con las piernas estiradas, mientras  uno de sus hombres le vendaba la pierna derecha. Miró al puente de piedra, construido hacía mucho tiempo por los romanos, gigantes según algunos, donde hombres de ambos bandos se afanaban en retirar los cadáveres que había esparcidos por  él. Su muro de escudos había rechazado un nuevo ataque danés sobre el puente, el segundo del día, pero está vez después del mismo, el líder danés había salido de entre las filas de su banda y le había desafiado a un combate singular. Y a pesar de la oposición de su lugarteniente Olaf, lo había aceptado.

   -¿Por qué no dejas que se encargue Ethelred, aunque es sajón es un buen guerrero y leal............. O yo mismo?- Hablo Olaf en danés, un guerrero formidable cubierto de brazaletes de oro y plata, con barba espesa y el cabello del color del acero, que se encontraba de pie junto a él apoyado sobre su escudo, en el que había pintado dos cuervos,  luciendo una bruñida cota de malla y  con un sencillo nasal.

   -No, un jefe debe dar ejemplo.

   -Los sajones no están acostumbrados a que sus jefes peleen por ellos, ahora eres sajón y cristiano.

   -Hay  costumbres que siempre permanecen Olaf.

   -Ya no eres un Jarl, Orick.

   -Ese cabrón –Orick señalo hacía las filas danesas- me ha desafiado, me ha insultado delante de mis hombres, Olaf tu lo has visto ¿qué otra cosa podía hacer?

Olaf seguía apoyado sobre su escudo negando con la cabeza y el gesto serio. Osrick siguió hablando:

   -Estamos en inferioridad, he perdido un buen puñado de buenos hombres, si no me enfrentó a él, el combate acabará  llegando hasta las filas posteriores ¿y entonces qué crees qué pasará? –Dijo señalando con la cabeza donde estaban descansando los hombres del fyrd-, los hombres de la leva no aguantarán.  Además Sino regresó, no pienso entregar el puente a ese cabrón.

   Olaf pareció confundido, después las arrugas de su rostro se tornaron en una sonrisa sarcástica.

   -¿No tienes intención de cumplir lo hablado con ese joven lobo?

   -He ganado tiempo. Además necesito reponer las bajas que ha sufrido el fyrd, si venzo, tengo intención de ofrecer a todo danés que me jure lealtad, unirse a mi.

A Olaf le había parecido una locura al principio, pero después de sopesarlo no le pareció tanto, al fin y al cabo ellos dos eran daneses.
   
   Una ovación se alzo desde las líneas danesas al otro lado del puente, acompañado de un repiqueteo rítmico al golpear sus armas contra sus escudos. Osrick se sacudió las articulaciones de sus brazos y se oyeron unos chasquidos.

-Ya han terminado de retirar los muertos, hay que bajarse al barro.

Y diciendo esto, se levanto a la pata coja con toda la dignidad que le permitía su pierna malherida, y sus  hombres le aclamaron vitoreándolo. Se caló su yelmo con grandes carrilleras, tocado con una cimera en forma de dragón con tres cabezas en plata y agarró su escudo redondo de madera de tilo, ribeteado su borde con refuerzos de piel cruda y revestido en una de sus caras, de cuero de color negro con un dragón de tres cabezas pintado de amarillo. Hizo un gesto a sus hombres que le correspondieron jaleándolo y marchó cojeando disimuladamente hacía el puente, junto con el tintineo que su cota de malla producía al moverse. Detrás de él, marchaban Olaf y un muchacho que portaba su estandarte, la misma insignia que llevaba en su escudo. Osrick se giró y agarró el hombro de Olaf.

   -No entregues el puente, debes aguantar hasta que llegué el Conde Wilhem, si ese cabrón cruza el puente, Lars mandará más hombres que entrarán en la comarca como un torrente de agua desbocada, saqueando y violando –Olaf asintió con la cabeza en un solemne silencio, pasados unos segundos, algo ensombreció el rostro de Osrick -. Olaf, veo en sueños los fantasmas de todos los hombres a los que he quitado la vida, sus rostros agonizantes me atormentan por las noches, esperan que ocupe mi lugar junto a ellos....me llaman –hizo una breve pausa y luego continuó-. Sino regreso, encárgate de mi familia.

Olaf sabía que el ealdorman Osrick, jamás hubiese hablado con esa sinceridad delante de otros hombres, pero él, lo  conocía mucho antes de embarcase juntos a Inglaterra. Su viejo camarada frunció el ceño un rato, después estalló en una sonora carcajada.

-Esos malditos curas te tienen confundido. Si no regresas ¿me esperarás en el Valhalla bebiendo hidromiel? ¿O junto a ese extraño hombre clavado en un madero rezando?   Jajaja –El comentario de su viejo camarada le hizo esbozar una sonrisa. Olaf palmeó sonoramente los dos cuervos que había pintados en su escudo-. Puedes estar tranquilo, Hugin y Munin serán testigos de tu valor hoy, Odín te permitirá estar en sus estancias hasta el día del Ragnarök.

-Gracias viejo amigo, pero preferiría ver crecer a mis hijos.

Diciendo esto,  Orsrick se dio la vuelta y recorrió los metros que le quedaban hasta el puente renqueando, sin apenas doblar su pierna derecha. Olaf, se quedo mirando al que había sido su señor los últimos veinte años y una ola de admiración le embargó viéndolo marchar hacía su destino, se giró  y alentó a los hombres del fyrd en su primitivo sajón y con marcado acento.

   -¡Vamos hijos de perra, en pie aaaah! –Gritó golpeando su espada contra el umbo de su escudo, a lo que los hombres contestaron imitándolo y lanzando su grito de guerra.
Cuando Osrick y su portaestandarte llegaron al puente, ya estaba allí el Señor de la Guerra danés. Era al menos diez años más joven que él, llevaba un yelmo de anteojos sobre el brazo, tenía su largo pelo rubio atado a una cinta que le llegaba hasta la cintura y una barba vigorosa, y lucía una magnífica cota de malla.

El danés, le dirigió una mirada y una sonrisa desafiantes, y le habló.

   -¿Eres el jarl Osrick  Trygavsson?

   -Ahora soy Osrick, ealdorman de Fulford.

   -¿Entonces también abandonaste a los dioses y te arrodillas ante el falso Dios cristiano? –Cuando termino de decir esto escupió al suelo con desprecio.

   -No del todo –y diciendo esto Osrick le enseño un colgante con el símbolo de Thor.
   -He oído hablar de ti, marchaste de Dinamarca al mando de tres naves y te uniste al Gran Ejército de Guthrum El Desafortunado.

   -Si, me uní a él y vestí el negro junto a sus hombres. Aún llevo el negro en mi enseña. –Osrick alzó su escudo para mostrarle sus colores-, fue un líder generoso.

   -¿Y tú pago fue traicionarle?

   -No le traicioné, luche junto a él en Ethanthun, mis hombres y yo cubrimos la retirada del ejército hasta Chippenham. Después, cuando Guthrum firmo la paz y se bautizó como Aethelstan, yo forme parte de los rehenes entregados a Alfredo. Con el tiempo me gane la confianza del rey sajón, y a cambio de jurarle lealtad, convertirme al cristianismo y casarme con una joven sajona, fui nombrado ealdorman de la fronteriza Fulford. Gracias a él obtuve lo que tú buscas.

   -¿Y el dragón? –dijo señalando el estandarte que ondeaba detrás de Osrick.

   -En gratitud a Alfredo, su estandarte también lleva un dragón. Pero el mío tiene tres cabezas, una por cada nave que traje conmigo a está tierra.

   -Yo soy Einarr el blanco –dijo mostrando su escudo sin enseña totalmente níveo- y sirvo a Lars Haraldson y algún día, yo también seré un señor con título y tierras y, se cantaran sagas sobre mí, pero yo no traicionaré a los verdaderos dioses por ese hombre clavado en un madero.

   -Su magia es misteriosa y poderosa.

El danés pareció no escucharle y se caló su yelmo.

   -Odín se alegrara de que acabe con un traidor.

Osrick desenvainó la espada, escuchó el susurro de su acero al abandonar la vaina y un hormigueo le subió por el estómago, contrajo el rostro en  una mueca de dolor y se colocó ligeramente de  lado apoyando todo el peso de su cuerpo sobre la pierna izquierda adelantada.
Einarr se puso en guardia con la espada hacía atrás por encima del hombro y Osrick examinó rápidamente los tres blancos más evidentes, la cabeza y el antebrazo derecho fueron desechados rápidamente por estar ambos acorazados, solo quedaba la pierna derecha que tenía ligeramente adelantada, cubierta solo por un pantalón, pero Einarr sostenía el escudo con el brazo extendido, manteniéndolo lejos del cuerpo, lo que hacía difícil llegar hasta sus piernas, así que Osrick decidió amagar lanzando ataques altos para obligarle a subir la guardia y a pegar el escudo a su cuerpo.

Apenas avanzó unos pasos arrastrando su pierna derecha, cuando Einarr cargó contra él, Osrick respondió lanzando una estocada alta, pero Einarr dio un paso lateral y la apartó fácilmente con su escudo. Osrick, sintió un fuerte golpe en la carrillera izquierda que  le sacudió violentamente la cabeza, cuando la espada de Einarr en un mandoble circular consiguió sortear su escudo, logró alzarló y parar un segundo golpe con él, después retrocedió unos pasos y se abalanzó hacía adelante, dando una gran zancada y apoyándose en la pierna derecha y, golpeando con el canto de su escudo el extremo izquierdo del escudo de Einarr, que se abatió hacía atrás siguiendo el eje de su asa como una puerta, golpeándole el hombro que sostenía la espada y haciendo imposible que pudiese lanzar ningún ataque. Casi a la vez, Osrick lanzó un tajo bajo, en un movimiento circular, alcanzándolo en la pierna derecha unos dedos por encima del tobillo.

   -¡Aaaaaa!

Einarr lanzó un grito desgarrador, trastabillo unos pasos hacía atrás y después se desplomó en el suelo. Dejó sus armas y se agarró la pierna herida por la que sangraba abundantemente. Volvió a lanzar otro alarido, pero está vez pareció más de desesperación que de dolor, se quitó su yelmo y miró a Osrick.

   -¿Nunca.... Es......tuviste heridooo, hummm?  -Gimió con la respiración entrecortada.

   -No, solo fue una estratagema.

Einarr apretó los dientes intentando contener el dolor.

   -Permíteme entrar en el Valhalla –dijo con esfuerzo.

Osrick de pie junto a él asintió con la cabeza a su petición y Einarr agarró su espada. Sus ojos vidriosos se despidieron de este mundo posándose en el ondulante estandarte del dragón de tres cabezas. Después, todo se torno oscuridad.

fokker

Sentado a la lumbre medito, mientras acaricio mi enorme hacha. Bebecráneos la llamo.
Los reflejos del hogar sobre su filo me traen recuerdos de acciones pasadas.
En mi memoria brillan fugazmente imágenes de aldeas en llamas, desde la costa africana hasta las puertas de Constantinopla y más allá.
Ecos de batallas resuenan en mi mente, como aquella en la que, sirviendo a Harold Hadrada, masacramos una partida sajona al lado de un riachuelo. Fue una buena lucha y los sajones lucharon bien, hasta el último.
Recuerdo al hijo de su thane, apenas un muchacho, al que perdoné la vida. - lo mandan las Nors, me dijo Gunnar el tuerto -es el destino -, y lo dejamos allí tirado.
Los Normandos han conquistado Inglaterra, pero de momento nos dejan en paz.
Me llegan noticias de una incursión al sur de mis tierras.
Esos curas llorones me imploran que vaya a defender no se que mierda de santuario.
Los hombres están inquietos, la mitad de ellos ya son cristianos.
Mi mujer, Ethelfleda, es sajona y cristiana también. Y me observa, esperando.

Suspiro.

Saldremos mañana.

Soy Sígurd, hijo de Sven, pero ahora me llaman Sigeberto, Earl de Hopton, Anglia Oriental.