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Ejércitos de la Guerra Civil Catalana [Rebeldes Remensas]

Iniciado por Bifrons, 25 jun 2018, 21:19

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koniev

un proyecto original y muy interesante. Me encanta que se busque la fidelidad en estos proyectos historicos minoritarios.

Bifrons

Vamos a por la segunda unidad, pero antes, si me permitís ser pesado, un poco de historia. Para situar la acción, más que nada:

Estamos en 1462. El mundo medieval arrastra desde hace un siglo las consecuencias de la crisis del sistema feudal. Dicha crisis se origina a mediados del siglo XIV, cuando la Peste Negra mata a unas dos terceras partes de la población europea en apenas unos años. La súbita pérdida de población hace que la mano de obra escasee, haciendo que el pueblo llano, especialmente en el campo, empiece a cuestionarse muy seriamente su condición de siervos. Muchos abandonan el campo y se dirigen a las ciudades, bajo autoridad real, que acumulan mucho poder político a lo largo del siglo. Esto conlleva la debilitación de la autoridad de los señores feudales (de allí lo de "crisis del sistema feudal"), mientras la monarquía no ha hace más que ganar poder y las clases populares reclaman derechos.

La crisis es generalizada en toda Europa, y Cataluña no es ninguna excepción. A mediados del siglo XV, el sistema político catalán, organizado en torno a la Biga (partido de los nobles, patricios y eclesiásticos) y la Busca (partido de artesanos y mercaderes), es incapaz de dar respuesta a las exigencias de los nuevos tiempos. Hace décadas que acumula problemas políticos, económicos y sociales sin resolver, siendo los principales el de los payeses de remensa y los malos usos feudales. Mientras las tensiones crecen entre los dos partidos. La Corona se erige en defensora de los derechos de los remensas, pero choca repetidamente con la negativa de la nobleza y la burguesía barcelonesa, tan reacias a aceptar cambios en su sistema de privilegios como a permitir la intervención real en sus asuntos.  Alfonso V el Magnánimo dedicó años a intentar encontrar una solución a los problemas, pero tuvo que renunciar a sus exigencias a cambio del apoyo de los nobles catalanes en sus campañas en Italia y el Mediterráneo. Cuando el Magnánimo muere sin descendientes varones, su hermano Juan hereda la corona y las dificultades asociadas.

El ascenso al trono de Juan II no gusta nada en Cataluña. Al fin y al cabo, es un monarca foráneo en todos los aspectos. Alfonso V era un Trastámara, pero fijó su corte en Barcelona, adoptó el catalán como lengua para los asuntos de estado y su política exterior, orientada al mar, fue muy beneficiosa para Barcelona. Por el contrario, Juan II, como rey consorte de Navarra, ha pasado toda su vida involucrado en los asuntos de Navarra y Castilla y conocía poco sus estados mediterráneos. A diferencia del interés de su hermano por el Mediterráneo, el nuevo rey tiene el ojo puesto en la península. Y por si fuera poco, el nuevo rey tiene un carácter autoritario que choca con el "pactismo" político que se practica en Cataluña. Tan poco querido es Juan II por los magnates catalanes que estos le apodan Juan Sin Fe.

Además, Juan de Aragón tiene sus propios problemas en Navarra. Tras la muerte de su primera esposa, Blanca de Navarra, la corona del reino debería haber sido heredada por su hijo Carlos, Príncipe de Viana. Sin embargo, Juan utiliza una argucia legal del testamento para oponerse a la sucesión de su hijo y alzarse como único gobernante del reino navarro. Ello desencadena una guerra civil en Navarra y un largo enfrentamiento entre padre e hijo, que solo la mediación de Alfonso V consigue calmar. Pero Alfonso V muere en 1458, y Juan II le sucede en el trono Aragón. Muerta Blanca de Navarra, contrae matrimonio con Juana Enríquez, hija del Almirante de Castilla. De esa unión nace Fernando, futuro Rey Católico y, a partir de ese momento, la primera prioridad de la reina es garantizar los derechos de su hijo sobre la Corona de Aragón. Ello deja en muy mal lugar a Carlos de Viana, primogénito de Juan II, que ya no puede contar con la protección de su tío Alfonso V. En 1461, el príncipe de Viana es hecho prisionero y encarcelado por su padre.

La encarcelación del príncipe por Juan II genera una ola de indignación en Cataluña. Juan II no suscita grandes pasiones, y, a su lado, Carlos de Viana genera una gran adhesión en el Principado. Así pues, los nobles catalanes organizan un ejército y se dirigen a Aragón con la intención de exigir la libertad del príncipe. Ante tal despliegue de fuerzas, Juan II cede y libera a su hijo. Los magnates utilizan esta victoria política para imponer nuevas leyes que limiten el poder real en Cataluña, contenidas en la Capitulación de Vilafranca. Entre las medidas adoptadas, el documento declara que Carlos de Viana es el Primogénito de los catalanes (y, por lo tanto, el heredero de la Corona) y prohíbe expresamente al rey entrar en Cataluña sin permiso de la Diputación, lo que supone una humillación sin precedentes para Juan II y para la reina Juana, que ve peligrar la herencia de su hijo Fernando.

La cosa quizás debería haber acabado aquí, de no ser por uno de esos accidentes a los que nos tiene acostumbrados la historia. En el viaje de regreso a Barcelona, debilitado por un duro cautiverio, el Príncipe de Viana muere de forma repentina, dejando a la Biga sin su ansiado trofeo político y allanando el camino a la sucesión de Fernando. En ese momento, la tensión entre el Juan II y la Diputación ha alcanzado cotas nunca vistas, y el conflicto parece inevitable.

La excusa oficial se presenta a Juan II en 1462, cuando estalla en Cataluña lo que más tarde se conocerá como Primera Guerra Remensa. En protesta por las privaciones y los malos usos señoriales, los payeses pobres del norte se rebelan en masa contra las autoridades del Principado. Rápidamente, la Diputación y el Consejo de Ciento deciden organizar un ejército para aplastar a los rebeldes. Juan II, a través de su Lugarteniente en el Principado, la reina Juana, pone a los payeses de remensa bajo su protección y declara que la Hueste del Principado es ilegal y contraria a los deseos de la Corona. El Consejo del Principado, controlado por la Biga, decide ignorar la orden real, a pesar de las protestas de la Busca y de los nobles moderados, que temen lo peor. La reina Juana, el príncipe Fernando y un séquito de nobles leales abandonan Barcelona  para refugiarse en Gerona, bajo la protección del Obispo Margarit, mientras en Barcelona las autoridades encarcelan y ejecutan a los líderes buscaires que no han sabido o no han querido huir tiempo. Poco después, el ejército del Principado, al mando del conde de Pallars, sale de la ciudad condal camino del Valle de Bas y las tierras gerundenses, principal foco de la rebelión. Tras tomar la plaza fortificada de Hostalric sin derramar sangre, el ejército del Principado asedia Gerona, con la reina Juana y el príncipe Fernando atrapados en el interior de su ciudadela, la Força Vella.

Entre los integrantes del ejército del conde de Pallars, están las tropas de Jofre de Rocabertí, vizconde de Rocabertí y señor de Perelada, uno de los principales señores del Norte. Aquí os dejo las fotos de su mesnada de lanceros:





Estas tropas participarían brevemente en el asedio, pero luego partirían hacia el norte para enfrentarse, con otros dos mil hombres reclutados a toda prisa, al ejército francés de Gastón de Foix (con los resultados que cabría esperar). Según he podido leer, las tropas de Rocabertí estaban relativamente mal equipadas, por lo que les he puesto lanza y escudo, una combinación barata y todavía popular entre las milicias. De los Rocabertí ya hablaremos más adelante, cuando pinte al vizconde en persona. Los estandartes se corresponden con el señorío de Perelada y la Cruz de San Jorge, que históricamente había sido el emblema de los ejércitos medievales catalanes, a diferencia de la Señera Real que, como indica su nombre, indicaba la presencia del rey.

Además, también os dejo con una vista previa lo que me estoy currando de cara a futuras entradas. Concretamente tenemos algunas tropas de los Cabrera...


...el joven y voluntarioso barón de Cruïlles...


...y el aún más joven y voluntarioso Fernando, Príncipe de Aragón y Rey de Sicilia!


koniev

genial el proyecto, y gracias por el trasfondo historico, pone a las unidades pintadas muy en su lugar. Enhorabuena

Caballero Andante

Como dice Koniev, se agradece toda la información que has compartido. Se nota que estás poniendo mucho mimo en este proyecto... En especial, me encanta cómo te han quedado los escudos.
¡Bravo!  :vv

Comandante_Peiper

Hola a tod@s, me encanta tu proyecto si señor, buenas minis y un trasfondo histórico muy estudiado y plasmado a la perfección  :cc :cc :cc.
Espero ver esos avances.
Un saludete

Alcotan

Las miniaturas son chulísimas, las armaduras rollo renacimiento me encantan. Las banderas quedan de fábula, muy limpias y nítidas. Y todo el trasfondo histórico hace muy entretenido seguir el hilo,  :rev

Bifrons

¡Gracias por todos los comentarios! Son de mucha ayuda para seguir tirando...he echado cálculos, y el proyecto entero supondría pintar unas 400 miniaturas en total, así que todo empujoncito es poco  :D

Alcotan, aunque las banderas son mías, debo decir que la técnica es de Christy, del excelente canal Wargames, Soldiers and Strategy. Se explica en este vídeo https://www.youtube.com/watch?v=3MX91IVS9Bo&t=1s.

Por si el inglés supone una barrera insuperable para alguien, la técnica consiste en dibujar y pintar las banderas sobre papel japonés o chino, de ese que se usa para la caligrafía o la pintura a la tinta (puede conseguirse en tiendas de bellas artes). Se trata de un papel muy fibroso y absorbente, que hace que las banderas (o velas, o tiendas, o lo que sea) tengan una textura muy realista y permite darles casi cualquier forma sin que aparezcan los típicos pliegues del papel industrial. ¡Todo un descubrimiento!

Alcotan

Mil gracias por el tutorial, siempre se aprende algo nuevo. Voy a empollármelo  :D

¿Y el papel ese, dónde se puede comprar?

Abrasapuentes

Maravilloso proyecto, partiendo desde la concepción del mismo: "me gustaría plasmar estos enfrentamientos concretos y voy a rebuscar toda la bibliografía posible para saber qué hacer y cómo hacerlo". Más si tenemos en cuenta que no es un periodo de la historia tan trillado como puede ser Aníbal contra Scipion, Guerras Napoleónicas, etc..., de los que hay cientos de títulos de los que tirar
Y continuando con la ejecución del mismo, con unos resultados muy limpios y muy bien trabajados.

Me gusta los aportes que das comentando y ampliando en cada post notas sobre qué es lo que nos estás presentando

Sinceramente, de los mejores proyectos históricos que he visto últimamente en el foro

Lord Borjado

Suscribo lo dicho por los compañeros. Yo no estoy particularmente ducho en el período y menos en un conflicto tan focalizado...es refrescante contemplar todo el trabajo de documentación previa y cómo se plasma en un orden de batalla y en unas minis pintadas soberbiamente y con cariño.
Todo un ejercicio de recreación histórica, me encanta!

Erwin Rommel

Excelente trabajo y excelente documentación, enhorabuena  :cc

FJ


Bifrons

Vamos a por la siguiente entrada. Habíamos dejado el tema con la reina Juana y el príncipe Fernando encerrados en la Força Vella de Gerona, asediados por el ejército del Principado al mando del conde de Pallars. Pero me permito una pequeña digresión. Días antes, ese mismo ejército había tomado Hostalric, la mayor fortaleza entre Gerona y Barcelona, sin oposición, lo cual causó sorpresa en el bando realista. Al fin y al cabo, Hostalric era (y sigue siendo) una ciudad fortificada con castillo, situada en la cima de una colina escarpada; y, por encima de todo, estaba en manos de Bernat Joan de Cabrera, conde de Módica, Gran Condestable y cabeza del linaje más poderoso de Cataluña. Aunque el conde había liderado el ejército que obligó a Juan II a liberar a su hijo en 1461, formaba parte de la facción moderada, por lo que se puso del lado de la monarquía cuando estalló la rebelión de la Diputación.

Sin embargo, en el momento de la verdad Bernat Joan y la Casa de Cabrera tuvieron un papel muy reducido en la contienda, en comparación con su estatus. Cuando el ejército del conde de Pallars asomó en el horizonte, el conde de Módica ordenó preparar las defensas de Hostalric, ignorando (o quizás decidiendo ignorar) las sensibilidades políticas de sus vasallos, muchos de los cuales eran partidarios de la Diputación. Cuando el conde de Pallars se plantó ante la plaza fortificada, esos mismos nobles traicionaron a su señor y abrieron las puertas de la ciudad. Bernat Joan, Gran Condestable de Juan II, cayó prisionero a las primeras de cambio y sin derramar la más mínima gota de sangre. No sería liberado hasta 1465, tres años más tarde. Durante ese tiempo, la Casa de Cabrera se vio obligada a moverse entre dos aguas: así, mientras la condesa de Módica y su hija fueron a Barcelona a negociar la libertad de su marido y padre (se rumorea que incluso se pasaron al bando rebelde), los hijos y bastardos del conde tomaron las armas a favor de Juan II.

A estos quiero representar en la siguiente unidad, la mesnada señorial de los Cabrera.



El estandarte partido se corresponde con las armas personales de Joan de Cabrera, hijo de Bernat Joan de Cabrera y Violant de Prades. Era poco habitual que los cabezas de familia o sus herederos incluyeran las armas de sus madres en sus estandartes, pero se hacían excepciones cuando la madre provenía de un linaje especialmente famoso. La Casa de Prades fue fundada por Pedro de Aragón y Anjou, hijo del rey Jaime II, por lo que el apellido tenía cierto caché, motivo por el cual los Cabrera lo incorporaron en sus armas (a pesar de que el condado de Prades como tal fue heredado por otra casa, la de Cardona).



El segundo estandarte es puramente especulativo (es decir, que su fiabilidad histórica es posible, aunque improbable). Es una pequeña variación de la heráldica de los Cabrera (la bordura se compone de veinte piezas negras y rojas, en vez de ocho piezas negras), que representa las armas personales de Climent o Ponç de Cabrera, los dos hijos bastardos del conde (los que participaron en la guerra, ya que bastardos tuvo seis o siete, el hombre).



A diferencia de los estandartes del resto de entradas, ambos estandartes son cuadrados, lo que significa que se trata de los estandartes personales de nobles de cierta alcurnia que están presentes en la unidad. He equipado las demás unidades con pendones y banderas de estilos varios, ya que sus respectivos señores (el conde de Prades y el vizconde de Rocabertí) tendrán en algún momento su propia peana de mando, con su estandarte personal.

Volviendo a la historia, Bernat Joan de Cabrera sería liberado a tiempo para participar en la Batalla de Calaf (1465), sirviendo en el estado mayor del conde de Prades, comandante en jefe de las fuerzas realistas. Que el Gran Condestable de Cataluña se viera obligado a servir bajo las órdenes de otro es quizás indicativo de lo bajo que había caído su Casa. La difícil situación política de los Cabrera sería su fin. Sin el liderazgo del patriarca, con la condesa adoptando una política favorable a la Diputación, su hijo luchando contra la misma y la guerra haciendo estragos en sus tierras, el patrimonio de los Cabrera sería troceado tanto por realistas y rebeldes, y usado para pagar a sus capitanes.

Tras Calaf, el conde se retiraría a sus estados italianos, donde moriría en 1466. Le sucedería su hijo Joan, que moriría repentinamente en 1474, dejando tras él un niño de pocos años, que sucumbiría a unas fiebres en 1477. Tras la muerte del último heredero varón, el patrimonio de los Cabrera acabaría en manos de los Enríquez castellanos, siguiendo la política matrimonial de los Reyes Católicos. El destino de la Casa de Cabrera es muy representativo de lo que ocurrió con tantos otros linajes catalanes en un momento en el que la políticamente arruinada y anticuada Barcelona medieval caía en la irrelevancia mientras, en la península, la moderna Castilla se preparaba para su gran siglo.

Caballero Andante

Nunca he visto un proyecto realizado con tanto mimo y tal grado de investigación histórica.
Me quito el sombrero.  :ss

koniev

buenisimo tanto la pintura, como los estandartes como la reseña historica por cada unidad, bravo