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Hail Caesar! Un día de Julio de 1212...

Iniciado por Tirador, 22 mar 2022, 16:27

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Caballero Andante

Afirma Francisco García Fitz en su obra dedicada a la batalla (Las Navas de Tolosa; Editorial Ariel) que no hay constancia de que hubiera mercenarios cristianos en el ejército almohade. Era típico que sí los hubiese, si bien algunos autores opinan que quizá no fuera así en este caso (debido a la excomunión, así como la desconfianza del califa a emplear contingentes cristianos contra reinos cristianos por temor a a la deserción). A pesar de todo, afirma García Fitz que "lo excepcional es que no los hubiera habido".

Finalmente, decidimos que sí había algunos mercenarios cristianos entre los moros. Los tienes exactamente en el centro de esta imagen, donde se intuye a unos caballeros formados en cuña (o tropel, o punta de lanza, como quieras llamarlo).


Tirador

Y seguimos un poco más...

Exterior del pabellón del Amir al-Mu'nimin al-Nāṣr li-dīn Illāh Muḥammad ibn al-Manṣūr, cerro de los Olivares, 7 safar del año 609 de la Hégira.

"Abu said Utman ibn Abd-Allah Ibraim ibn Yami, Visir del Califa Almohade Muhammad An-Nasir, salió de la tienda de mando, donde acababa de recibir las últimas instrucciones. Buscó con su mirada al portaestandarte del  Amir al-Mu'nimin y lo halló pronto un poco más allá, sosteniendo al viento el pendón. Abu Bakr ibn Abd-Allah ibn Abi Hafs, responsable de portar el estandarte alhohade, reparó pronto en la presencia del visir y se irguió rápidamente, pues sabía que era él el objetivo de su búsqueda. Abu Said se acercó a grandes zancadas donde se encontraba el portaestandarte y, mirándole a los ojos, movió la cabeza afirmativamente. Abu Bakr correspondio al gesto afirmativo y, volviéndose velozmente, enarboló el pendón, moviéndolo de forma frenética y desplegándolo completamente. Al punto, los tambores de órdenes comenzaron a retumbar...

Abu' Abd-Allah al-Husayni, cadí supremo de Marraquech, oyó el sonido de los tambores y comprendió que el momento de iniciar la batalla había llegado. Rápidamente, como jefe de batalla del ejército, despachó mensajeros a ambos flancos para confirmar que se habían escuchado las órdenes, aunque un fugaz vistazo a las tropas le confirmó, viendo las nubes de polvo que empezaban a levantarse a izquierda y derecha, que la caballería ligera había partido ya rauda a hostigar a los infieles, y que, al frente, los hostigadores también habían salido con ligereza hacía el enemigo para hacer lo propio. Todo estaba ya en marcha, las tropas desplegadas y con sus respectivas órdenes, y ahora todo se resumía en que el plan de batalla se desarrollase como se había previsto... si esa era la voluntad de Alá. Musitó una plegaria en voz baja para que el Profeta intercediese para ello... y se preparó para reaccionar a lo que pudiese surgir"


La caballería ligera almohade de ambos flancos recibe la orden de acercarse a distancia de disparo de las tropas cristianas, aunque alguna división falla en su chequeo de órdenes y no se mueve.

Así mismo, los hostigadores de las batallas centrales musulmanas reciben idéntica orden, y tratan de situarse para poder hacer honor a su nombre, aunque su relativo gran número y la estrechez del frente cristiano hace que a veces se estorben para poder disparar todos.




Suber

¡Más, más, queremos más!

Tirador

Llano de la Losa, mañana del 16 de julio del año del señor de 1212.

"D. Pedro Martínez de Lehet, señor de Tafalla, al mando de la vanguardia Navarra, levantó una vez más su escudo para protegerse de la enésima descarga de dardos de los sarracenos. El avance estaba resultando penoso debido al constante acoso al que las tropas a su mando se veían sometidas. Había adelantado a sus peones con la idea de formar una línea para poder responder al constante lanzamiento de flechas por parte de los hostigadores musulmanes, y aunque al principio parecía conseguirse algo de éxito en ello, pues habían rechazado a alguna formación almohade, pronto estos tornaron a regresar para seguir con el hostigamiento. De resultas de esto, D. Pedro había ordenado a los caballeros del Conçejo de Avila, asignados a su mando por el rey de Castilla D. Alfonso,  cargar para dispersar a los jinetes musulmanes, pero estos habían esquivado el ataque y causado un fuerte quebranto a los montados abulenses, de resulta de lo cual el mismo D. Pedro había tenido que acudir raudo a reagruparlos y reorganizarlos. Esperaba que las tropas de la medianera  navarra, al mando de D. García Almoravid el Viejo, señor de la Cuenca y las Montañas, llegasen para prolongar su línea de peones y apoyar con parte de los caballeros navarros a su vanguardia, y que de esta forma su rey D. Sancho, llamado "el Fuerte" por su gran estatura, pudiese avanzar con la zaga y estar dispuesto para lanzar un ataque con sus caballeros... pero nada parecía estar desarrollándose como se había planeado en el consejo de guerra del día anterior..."




En esta foto vemos a la vanguardia navarra, que ha logrado hacer retroceder a algunos jinetes sarracenos, marcados como desordenados y con bajas en primer plano, y a D. Pedro al lado de los caballeros de Avila, antes de que estos lanzaran su ataque... Detrás, en la parte superior de la imagen, se ve como la medianera navarra acude en apoyo de la vanguardia.

Tirador

Llano de la Losa, mañana del 16 de julio del año del señor de 1212.

"Pedro II de Aragón no estaba nada satisfecho de las nuevas que estaba recibiendo de su vanguardia. Había ordenado a su adelantado D. Pedro García Romeu avanzar rápidamente con las mesnadas a su cargo, pero el hostigamiento continuo de la caballería ligera almohade había desorganizado las líneas de los caballeros cristianos, deteniendo su avance e, incluso, haciéndoles retroceder. Así que envió mensajes al Mayordomo del Reino, D. Ximeno Cornel, al mando de la medianera de sus huestes, para que apoyase a Romeu en su avance y rompiera la situación de bloqueo en la que se encontraban. Pero esto iba a llevar su tiempo, y, mientras tanto, las flechas musulmanas seguían cayendo sobre sus tropas de vanguardia, aumentando si cabe el desorden y la desorganización... miró a su derecha, hacia la posición que ocupaban las tropas del Rey de Castilla, y alcanzó a ver su estandarte ondeando en su zaga, pero advirtió que la vanguardia castellana se había adelantado quizás demasiado, y se había distanciado del resto de tropas del centro... no tenía noticias del otro flanco, pero confiaba en que el rey Sancho de Navarra hubiese podido mantener la línea de avance con los castellanos... él mientras tanto, trataría que sus huestes avanzaran lo más raudo que les fuese posible, a fin de que el frente de batalla no se rompiese... De su vanguardia el viento le hacía llegar un estruendo terrible de gritos y relinchos, lo que le hizo rogar a Dios mentalmente que la situación mejorase para que pudiesen alzarse con la victoria..."




Una vista del despliegue de los jinetes del flanco derecho almohade acerándose a hostigar a los aragoneses.




Y otra del resultado de sus disparos, con dos huestes de caballeros cristianos que han tenido que retroceder desorganizadas.

LeberechtReinhold

Madre mía menudo castigo están sufriendo la vanguardia.

La verdad es que con lo que habéis hecho de cerrar los flancos fomentáis muy bien que la batalla se desarrollo de forma histórica.

Tirador

La verdad es que sí, el limitar el espacio, como históricamente ocurrió, obliga a que la batalla tenga un desarrollo similar al real.

Y seguimos un poco más:

Llano de la Losa, mañana del 16 de julio del año del señor de 1212.

"A D. Diego López de Haro, comandante de la vanguardia de Castilla, se lo llevaban todos los demonios. La constante lluvia de dardos lanzada por los hostigadores almohades desorganizaba una y otra vez los intentos de avance de sus caballeros, y les había obligado a refugiarse detrás de la línea de peones. Por suerte, estos habían conseguido rechazar a su vez, con sus descargas de sus arcos, a los merodeadores musulmanes, pero el de Haro sabía que pronto volverían, como una nube de langostas, a acercarse nuevamente a sus tropas para aguijonearlas con sus proyectiles. Había destacado también a sus ginetes para contribuir al combate contra los ligeros, pero estos se había desviado a la izquierda de su despliegue y se habían trabado en combate de proyectiles contra la caballería ligera sarracena que hostigaba a la vanguardia aragonesa, a mano siniestra... el avance era harto lento y costoso, pero D. Diego confiaba en poder colocarse, más tarde o más temprano, en posición con sus tropas para lanzar hacia adelante a sus caballeros y cargar sobre las tropas almohades que atisbaba, formadas sobre la llanura, más allá de las nubes de polvo levantadas por los hostigadores musulmanes. Esperaba ser apoyado en esto por las tropas de Núñez de Lara, al mando de la medianera castellana, pero por alguna razón estas se habían retrasado en su avance y habían dejado mucho espacio libre por detrás de su batalla... y esto parecía que había hecho que la mesnada real de D. Alfonso también se viera retenida. Lo único que había podido ver, en dos vistazos hacia atrás era que los ginetes del de Lara había partido así mismo hacía adelante, para sumarse a la lucha contra la caballería ligera, y que los peones del mismo sí había avanzado casi hasta alcanzarle, pero extrañamente, los caballeros de D. Gonzalo parecían no haberse movido aún..."





En esta imagen vemos a la vanguardia de Castilla, que ha conseguido rechazar desorganizadas a varias unidades de hostigadores almohades, aunque estos han conseguido hacer retroceder a sus caballeros. Vemos también como, por fallos en las ordenes, el resto de tropas castellanas apenas se han movido, aunque sí han avanzado los peones y la caballería ligera.

Enviado desde Legio mediante posta ecuestre


Caballero Andante

¡Jo, yo jugué dirigiendo a los cristianos, y estoy siguiendo con emoción el informe de Tirador!

Por cierto, la frustración de López de Haro la sentí durante toda la batalla... ¡Cuánto aborrezco a esos innobles y malolientes hostigadores sarracenos!
 :P

Tirador

Pabellón del Amir al-Mu'nimin al-Nāṣr li-dīn Illāh Muḥammad ibn al-Manṣūr, cerro de los Olivares, 7 safar del año 609 de la Hégira.

"El visir Abu Said entró raudo en la tienda, sobresaltando al  Amir al-Mu'nimin, quien seguía sentado sobre su escudo fingiendo consultar el Corán. Abu Said no pareció darse cuenta del sobresalto de Muhammad An-Nasir, o si lo hizo, lo disimuló muy bien, mientras se postraba de rodillas delante del Emir almohade. Este, sobreponiendose a su ánimo, le hizo alzarse para escuchar sus noticias. Según dijo el visir, la batalla parecía desarrollarse conforme al plan establecido por el Emir. Las tropas cristianas estaban sometidas al continuo hostigamiento de los jinetes y escaramuceadores musulmanes, y su avance por la llanura estaba resultando harto lento y penoso. An-Nasir confiaba en esto para conjurar el peligro de la caballería pesada de los infieles, haciendo que esta, si llegaba a cargar, lo hiciera tan desorganizada que fuese relativamente fácil rechazarla. El único pero al plan era que los hostigadores estaban también sufriendo los disparos de respuesta de la infantería cristiana y estos se estaban cobrando también su precio. Pero por el momento, parecía que los caballeros enemigos no encontraban el momento para poder desplegarse y cargar sin resultar continuamente desorganizados por los dardos almohades.  Muhammad An-Nasir formuló mentalmente una plegaria de agradecimiento a Alá y al Profeta por su ayuda hasta el momento, y despidió al visir con el encargo de mantener las órdenes. Aún sentía una punzada fría de duda en las entrañas, pero confiaba en que todo fuese simplemente por su carácter medroso... Volvió a simular enfrascarse en la consulta del Libro Santo, mientras que su mente no dejaba de pensar en las consecuencias de la batalla..."




Las caballeros cristianos siguen intentando colocarse en disposición de cargar, mientras que la infantería se despliega para responder a los disparos de los hostigadores almohades y rechazarlos sobre su retaguardia. Las bajas se van acumulando en ambos bandos, a pesar de que los líderes de cada batalla intentan reorganizar a sus tropas...

Esta es una regla, la de reorganización que permite recuperar un punto de daño de una unidad dando una orden personal de un líder sobre ella, en la que tenemos nuestras dudas, pues parece que alarga demasiado la partida... posiblemente, la próxima vez que representemos la batalla, no la usemos, para ver cómo cambia el decorado.

Enviado desde Legio mediante posta ecuestre

Caballero Andante

Sí, para mí hay dos reglas de Hail Caesar que enlentecen innecesariamente la partida:

- Unidades estremecidas: ya no pueden cargar, ¿pero sí pueden disparar y combatir si son cargadas? Mejor se van y listos (siempre jugamos así).

- Reagrupar. Sobre todo, cuando uno de los dos ejércitos está plagado de hostigadores, como los moros en esta batalla. Estas tropas suelen causar ninguna o una baja, habitualmente; recuerdo que, en el turno cuarto o quinto, me di cuenta de que, sin reagrupar, ya se habrían ido varias unidades, y por esa regla la batalla se estaba alargando para nada...

Eliminar la orden de reagrupar tampoco resta muchas opciones tácticas. A fin de cuentas, cada caudillo solo puede reagrupar una única unidad por turno, y esta orden debe ser la última que dé.

JAP05

Muy bonito!

Felicitaciones!

Se agradece ver y leer proyectos así en castellano!


Tirador

CitarMuy bonito!

Felicitaciones!

Se agradece ver y leer proyectos así en castellano!
Muchas gracias. Intentaremos mantener el nivel alto.

Enviado desde Legio mediante posta ecuestre


Suber

CitarMuchas gracias. Intentaremos mantener el nivel alto.


Pues vais por el buen camino ;)
 :king  :king:  :ss

strategos

Me está encantando el informe,que te mete mucho en la narrativa de la batalla. Eso sí, en las dos ultimas entregas la foto como que no me aclara mucho: ni es como las primeras en que se ve claramente "la acción" ni es a ojo de pájaro para ver los cambios. No sé si con flechas quizá para visualizar o algo más de cerca. Por lo demás, me está encantando. Muchas gracias por compartirlo.

Con respecto a reglas de reagrupar sí o no, algunos tipos de tropas que no formaban en lineas de batalla como los hostigadores no deberían poder aplicárseles. No veo a ningún oficial ordenando una linea que se caracteriza por no tener orden. Eso seguro que agiliza el juego.

Yo siempre soy partidario de que, una vez que una tropa huye, ésta no pueda reagruparse  pero también es cierto que desconozco mucho el período medieval y allí sí parecen verse muchas crónicas de batallas que comienza ganando un bando que pone en fuga al otro pero éste se revuelve y gana ante una persecución descontrolada.

Caballero Andante

Completamente de acuerdo en lo de no poder reagrupar a ciertas tropas. Por ejemplo, a los hostigadores a pie, como bien dices. Y a más tropas; ¿te imaginas a un rey medieval alejándose de su mesnada real para reagrupar a unos jinetes con jabalinas, o a unos arqueros montados? No. En cualquier caso, puesto que reagrupar solo sirve para aumentar el tiempo que duran las unidades en el campo de batalla, opto por pasar de ello completamente. Fácil y sencillo.

Lo que comentas sobre persecuciones descontroladas es cierto, si bien excepcional. En cualquier caso, la regla de que las unidades estremecidas se queden en el campo y sigan disparando y luchando en melé no representa eso... De nuevo, la regla solo sirve para que las unidades aguanten muuucho más en el campo. Por tanto, que se vaya la unidad estremecida y listos.

En una batalla pequeña, con seis o siete unidades por bando, se podrían dejar ambas reglas (o no, según te apetezca tardar más o menos). En una batalla enorme, como Las Navas de Tolosa, mejor no... ;)