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Los enamorados: campaña LION RAMPANT + HAIL CAESAR

Iniciado por Caballero Andante, 04 dic 2017, 11:05

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Tirador

He editado el texto de alguna foto, que estaba equivocado.

Enviado desde Legio por correo ecuestre


erikelrojo

Me encanta! Me encanta la mesa, me encantan las minis y me encanta como os currais la ambientacion de las partidas! Una pasada!

Tirador

Pues en este caso todo es mérito de Caballero Andante, yo sólo me he limitado a tomar fotos, tirar dados y añadir algún detalle a la historia.

Caballero Andante

Cita de: erikelrojo en 14 dic 2017, 11:35Me encanta! Me encanta la mesa, me encantan las minis y me encanta como os currais la ambientacion de las partidas! Una pasada!
Gracias, Erik. Me alegro, jeje. Creo que mucha gente todavía reniega de los 6mm...  :ss


Cita de: Tirador en 14 dic 2017, 14:10
yo sólo me he limitado a tomar fotos, tirar dados y añadir algún detalle a la historia.
¡Que no es poco, Manu!  :ok

antonio

¡¡¡Vivan los bardos del "wargame"!!!

Tirador

ESCENARIO 2. "LA RAZIA"

"Yusuf Ibn Ahemet maldijo en alta voz. Había preparado una incursión para quemar los campos de cultivo, a punto ya para la cosecha, de la vecina taifa de Alpuente, pero todo se había torcido. La rápida reacción de las mesnadas enemigas había impedido que pudiesen acercarse lo suficiente a los campos como para prenderles fuego, y el resultado había sido que sus gentes habían tenido que salir  a uña de caballo para evitar ser masacradas. Todo había salido al revés, y la suerte, esta vez, se había reído en su cara. Para colmo, los mercenarios infieles que había contratado se habían despistado y ni siquiera llegaron a cruzar el rio... un desastre. Sabía cuando era hora de desistir para luchar otro día, y no iba a dejar que su despecho y su odio le nublaran el entendimiento. Sea la voluntad de Alá. Otra vez sería..."

Hemos seguido con la campaña, jugando el segundo escenario, donde una cabalgada de la taifa de Albarracín pretendía arrasar los campos de sus vecinos de Alpuente, como represalia de los hechos narrados de trasfondo de la historia... pero una vez iniciada la partida, las tiradas desastrosas en combate de los de Albarracín (manejados por el que suscribe) me dejaron en una situación bastante desfavorable para conseguir los objetivos, por lo que decidí retirarme a la espera de tiempos mejores, casi desesperado. Por suerte Chema me convenció de jugar otro escenario con más calma...

Por desgracia, de este primer encuentro no hay fotos... quizás fuese por eso que el destino nos hizo que fuese rápido.

Caballero Andante

El joven príncipe Ahmed ben Abdalah llevaba varios días en el paraíso. Pasaron semanas, y el príncipe hallábase recluido en palacio bajo el hechizo amatorio de su esposa, la hermosa Zaida, cuya belleza cantaban los juglares incluso en tierras cristianas...

Hasta que aquella tarde, uno de sus esclavos le informó de que su lugarteniente, Búcar Alhamat, había repelido una razia de la taifa de Albarracín. Recordando las palabras de su mentor sobre el deber de todo príncipe, el joven Ahmed se desperezó y convocó a Búcar a palacio.

- Búcar Alhamat, Alá te bendiga. Te cubriste de gloria sirviendo a mi padre y me dicen que sigues honrando tu justa fama. Toma esta bolsa de oro en pago a tus servicios.

- Sois muy generoso, Excelencia. Yo solo cumplí con mi deber al ahuyentar a esos perros.

- Haces bien al llamarles perros. Dime: ¿los lideraba el maldito Yusuf?

- Así es, mi Señor.

- ¿Lo mataste?

- Escapó..., Excelencia.

El príncipe Ahmed guardó un incómodo silencio. En esos instantes se oyó un lejano graznido, que ambos interpretaron como un mal augurio...





Ya que no hay fotos de la partida, sirva una imagen del valiente Búcar Alhamat...




Tirador

ESCENARIO 3. "EL LARGO CAMINO A CASA"

"La frontera de una taifa nunca había sido un territorio tranquilo, pero ahora, desde que Yusuf Ibn Ahemet "el Despec...", perdón, "el Vengativo",  había jurado que su enemigos Ahmed Ben Abdalah y su bella esposa Zaida "la de Molina" iban a pagar caro su afrenta, lo era menos que nunca. Las continuas incursiones de cada facción en el territorio de la otra habían tornado la zona en un polvorín, donde los partidarios de uno y otro bando campaban a sus anchas propagando sus tropelías sobre los sufridos vasallos de "los otros". Los condados cristianos de más al norte observaban como estos conflictos debilitaban la posición de las tres taifas en liza, mientras los aventureros que vendían su espada al mejor postor obtenían beneficio poniendo sus habilidades al servicio de quien les pagase... no, no eran tiempos fáciles en la frontera."

Tercer escenario de la campaña. En este, dos fuerzas de cada bando que vuelven de una incursión provechosa deben intentar llegar a sus territorio atravesando todo el terreno de juego para salir del lado opuesto al de su entrada. El objetivo es tratar llegar a casa... o impedir que el enemigo lo haga.

Las listas de cada bando son las mismas que en los otros dos escenarios anteriores. Sólo indicar que en este caso los caudillos al mando no son nuestros dos protagonistas, sino alguno de sus subordinados, pero por lo demás, todos los atributos son exactamente iguales... La taifa de Albarracín son los defensores y los de Alpuente/Molina los atacantes, pero para este caso particular es igual, puesto que el objetivo de ambas fuerzas es el mismo.

"Alí Abn Mohamed, al mando de una mesnada de la taifa de Albarracín, estaba satisfecho con el resultado de su incursión. Había recibido de su amo Yusuf Ibn Ahemet el encargo de hostigar a las fuerzas de la taifa de Molina a través de la frontera de ambas, y el resultado de su cabalgada se había traducido en la quema de varios campos y la muerte de algunos campesinos enemigos... no le gustaba matar a gente desarmada, pero en este caso habían ofrecido resistencia... cosa lógica por otro lado, a nadie le gusta que le arrasen su sustento. Ahora trataba de volver a territorio de su taifa, siguiendo el camino más rápido. Había recibido noticias de que mesnadas de Molina también estaban por la zona haciendo lo mismo que sus tropas, con lo cual iba con precaución, no le gustaría  encontrarse con el enemigo de golpe sin haber sido advertido... sin embargo, eso fue lo que sucedió."

Ambos bandos empiezan por las esquinas opuestas del tablero, debiendo salir por la esquina donde despliega el enemigo, o causar la huida del mismo.

Una vista general del terreno de combate:
 

El despliegue de la fuerza de la taifa de Molina:



Y los de Albarracín, con su líder Alí Abn Mohamed.



"Alí cabalgaba con sus guerreros casi cerrando la marcha. Sus arqueros a caballo y jinetes ligeros iban por delante tratando de peinar el camino para evitar malos encuentros, mientras que cerraban la retaguardia los mercenarios cristianos al servicio de su señor... infieles leales sólo al dinero que Yusuf les pagaba, pero Alí agradecía tenerlos de su lado, su agresividad en combate era manifiesta... lo que no lo era tanto era su propensión a hacer muchas veces caso omiso de las ordenes mientras que no implicasen entrar en combate. Pero a la hora de atacar, no había gente que les hiciese sombra..."

La mesnada de Albarracín cruza el rio por el puente, los arqueros a caballo se despliegan a vanguardia, mientras que el resto de jinetes les siguen. Alí y su séquito se mueven más lentamente, mientras los mercenarios se retrasan, fallando el chequeo de movimiento...

Los de Alpuente/Molina van moviendo con rapidez, al no tener el obstáculo del rio.

"Alí cabalgaba con relativa tranquilidad, pero a la vuelta de un recodo, antes de llegar al puente que cruzaba el rio, observó dos jinetes que venían galopando a su encuentro. Reconoció a dos de sus arqueros a caballo, y temió malas noticias... Estas pronto se confirmaron -¡Los de Molina, mi señor, enfrente, en el camino! - Estaba claro que, si querían volver a casa les iba a tocar luchar para conseguirlo..."

Las fuerzas de ambas taifas pronto se encuentran cara a cara.



"Alí envió de vuelta a los mensajeros. Los arqueros debían de desplegarse para obstaculizar el avance del enemigo, mientras que el resto de unidades debería de avanzar rápido para apoyarles. El, junto con su seguidores, esperaría a los mercenarios cristianos... ¡si se dignaban a aparecer!"

Las fuerza de Albarracín despliega, los arqueros sobre el camino (las figuras más claras). Mientras, los jinetes (los de negro) van al flanco.  A la derecha, la mesnada de Molina sobre el camino, y el sembrado y el bosque de ambos lados del mismo.

Sobre el puente, Alí y sus seguidores, y, detrás, los mercenarios... al fondo, una unidad de los de Molina con malas intenciones.



"Alí cruzaba el puente cuando por el rabillo del ojo vislumbró un movimiento a su izquierda... tuvo un mal presentimiento y detuvo a su fuerza mientras volvía la cabeza hacia ese lado... y sintió un escalofrío... Esos no eran sus hombres..."

El séquito de Alí y los mercenarios fallan varias tiradas de movimiento, mientras que los de Molina se mueven, al contrario con gran rapidez... de hecho, una unidad de arqueros a caballo flanquea por el otro puente a la mesnada de Albarracín...



Aún así, las primera sangre cae del lado de la mesnada mandada por Alí



Los arqueros a caballo de Albarracín despliegan sobre el camino, mientras que los de Molina tratan de avanzar. El intercambio de disparos favorece a los primeros, y una unidad de jinetes enemiga que trataba de cargar, es desbaratada y huye



En el flanco, un intento de flanqueo rodeando el bosque y a través del mismo, es rechazado por los jinetes de Albarracín, que hacen huir a las unidades adversarias, aunque no sin sufrir bajas.



"Alí tomó una decisión. Cruzaría el rio y avanzaría lo más rápido posible en apoyo de su vanguardia. Si los jinetes enemigos decidían seguirle, esperaba pillarlos entre el y los mercenarios cristianos, que, suponía, venían detrás. Y, si no, esperaba que de todas formas diesen de frente con ellos..."



Sobre el camino, los de Albarracin mantienen sus posiciones. Los de Molina tratan de avanzar, mientras una lluvia de flechas caen sobre ellos cada vez que lo intentan.



Los mercenarios cristianos al fin avanzan... y dan una sorpresa a los arqueros a caballo.



Imagen del combate. Varias unidades de los de Molina han huido, pero la cosa está igualada, porque alguna de Albarracín ha hecho también lo propio. Las bajas se acumulan y las espadas (o cimitarras, mejor dicho) están en todo lo alto...



Pero los de Albarracín toman ventaja, otra unidad de Molina huye, saturada de bajas...



Las mejores hombres de Molina intentan abrirse paso cargando...



Solo para encontrarse frente a Alí y sus guerreros.



Mientras, en el flanco, casi todo se aclara...





"Alí vio al frente como algunos de sus arqueros salían huyendo, y vislumbró unos jinetes oscuros detrás de ellos. No dudó - ¡Por nuestro señor Yusuf, seguidme!"

Alí carga sobre los enemigos...



Las bajas se acumulan por la parte de Molina... más de la mitad de las tropas están huidas, y el resto fallan en su coraje...

(Al llegar al 50% de bajas, todas las unidades han de chequear su coraje, y en este caso casi todas las unidades de Molina fallaron el mismo, dando ventaja a los de Albarracín).

"Alí recibió noticias del otro lado del rio. Los mercenarios habían aparecido por fin, y hecho huir a los de Molina. ¡Alabado sea el profeta!"

Mientras, al otro lado del rio, los mercenarios cristianos han laminado a los arqueros a caballo que se les enfrentaban, haciéndolos huir.

Vista general del terreno al final del combate:




Y la lucha termina con la derrota de Molina...

"Alí Abn Mohamed desmontó, agotado, de su caballo. A su alrededor, sus guerreros entonaban sus cánticos de victoria. Los de Molina habían sido derrotados y huían. Musito una plegaria de agradecimiento a Alá y a su profeta, Mahoma. Ahora sólo quedaba seguir su camino y volver a casa..."

Caballero Andante

¡Gracias por el informe y la narración, Manu! :cc
Comentar que las cifras que marcan los d10 son las bajas que acumula cada unidad.

Este tercer enfrentamiento fue mucho más igualado, divertido e interesante que el segundo. Finalmente, llevamos un empate y una victoria cada uno...

La campaña va a continuar, pero vamos a dejarnos de escaramuzas. La próxima partida será una batalla campal con HAIL CAESAR...
¡El año que viene!  ;)



Las esclavas inclinaron su cabeza y abrieron paso a la princesa. Jamás la habían visto tan alterada... La hermosa joven se dirigió apresuradamente a la biblioteca de su esposo, el príncipe poeta Ahmed. Al llegar, golpeó la puerta sin miramientos...

- Adelante... - la voz de Ahmed sonaba fría como el acero.

Al entrar en la biblioteca, Zaida esperaba encontrar a su esposo enfrascado en la lectura de algún pergamino, o tal vez escribiendo versos, como hacía a menudo. Sin embargo, el príncipe estaba de pie, inmóvil en medio de la estancia, mientras contemplaba ensimismado el filo de su cimitarra.

La hermosa Zaida comprendió que los rumores que su esclava le había transmitido eran ciertos...

- Amado mío, dime que los rumores son falsos... Dime que no vas a enviar a nuestros ejércitos contra la taifa de Albarracín.

Al oír ese nombre, un destello de puro odio relampagueó en los ojos de Ahmed, que procuró atemperar su voz al responder:

- Así es, mi hermosa dama. Te ofreceré mi triunfo en la batalla.

- ¡¿Qué?! ¡¡No puedes marchar a la guerra!! Amado, tus manos se hicieron para escribir hermosos versos y para acariciar mi piel, no para empuñar una espada...

- Ya sé que no nací para hacer la guerra. Pero no voy a permitir que tu gente o la mía murmuren que soy un cobarde.

- ¡¿Qué importa lo que diga la plebe?! ¡¡No quiero perderte!!

- Mi dama, mi hermosa Zaida... No vas a perderme, pues Alá me acompaña. Te prometo que volveré triunfante de la batalla.

Ahmed enfundó la cimitarra y tomó en sus brazos a la bella Zaida, que lloraba desconsolada...


Tirador

"Yusuf Ibn Ahemet "el Vengativo" se encontraba revisando una carta recibida recientemente de uno de sus castellanos, cuando su mayordomo reclamó su atención. Ligeramente contrariado, volvió su atención a su criado, esperando que fuese por algo importante...

El mayordomo, aterrado, farfullaba... Yusuf se armó de paciencia y le observó. El sirviente, por fin, se tranquilizó un poco para ser entendido:

- Mi señor... hay un mensajero con malas noticias...¡las tropas de Alpuente y Molina avanzan sobre nosotros!

Yusuf respiro profundamente para contenerse, y respondió al mayordomo con voz tranquila, pero que dejaba traslucir su ira.

- Hazle pasar de inmediato.

El mayordomo hizo una reverencia y se retiró. Momentos después, un jinete cubierto de polvo se postró delante suyo.

Yusuf lo hizo levantar, y le espetó.

- ¡Que tienes que decirme!

El soldado, medio descompuesto al hallarse ante su señor, dio su mensaje.

- Mi señor, vengo de la frontera, me envía Alí Abn Mohamed...

- Mi más fiel servidor, que el Profeta le guarde. ¡Habla pues!

- Mi señor, Alí Abn Mohamed me ha ordenado comunicaros que los ejércitos de Molina y Alpuente se han reunido y avanzan sobre este castillo, y que a su cabeza marcha el propio Ahmed Ben Abdalah. Se dice que ha jurado que no descansará hasta que acabe por derrotar a vos en batalla...

Yusuf no pudo evitar estallar en una risotada... parecía ridículo que un juntaletras petimetre como Ahmed osase desafiar a un guerrero como Yusuf... pero era algo que aún así, no dejaba de ser un asunto grave. Ahmed pagaría caro su envite, eso lo tenía claro... ¡aunque fuese lo último que Yusuf hiciese, Alá seria testigo!

- Condenado Ahmed... soldado, ahora refréscate, come y descansa... después necesito que cumplas una misión para mí.

El jinete volvió a postrarse y se retiró de su presencia. Yusuf ya había trasladado su atención a su mesa, donde los pergaminos se amontonaban. La despejó de un manotazo, recogió uno en blanco, y comenzó a escribir sobre el mismo... era necesario que su aliado de la Taifa de Zaragoza recibiese esas noticias y hiciese honor al pacto que habían firmado de ayuda... puede que incluso le cediese a su jefe militar en ese momento que, aunque infiel, empezaba a tener una reputación en la zona... un tal Rodrigo Díaz..."

Preparando la conclusión del escenario, ahora será una batalla campal donde usaremos el reglamento Hail Caesar!

Tirador

Para ir abriendo boca, hemos conseguido una imagen de Yusuf Ibn Ahemet dispuesto a ponerse al frente de sus tropas:




Y la llegada de las tropas de la Taifa de Zaragoza con el tal Rodrigo Díaz al frente...



Si alguien le encuentra algún parecido con algún famoso actor, es pura coincidencia.

Caballero Andante

¡Jajaja! Precisamente el otro día estuve viendo un cacho de EL CID...  ;)

Por cierto, ¿comprobaste si quitando el tercer cuerpo de cada ejército, siguen más o menos equilibrados?

Tirador

Cómo bien dices, más o menos;)

Hay una serie de reglas de la casa para darle emoción a la cosa.

Tirador

"LA BATALLA"

"Orillas del Wadi-Al-Aviar, mes de Du-Al-Hiyya del año 45... de la Hégira, o mes de abril o mayo del Año del Señor de 1.08..."

"Yusuf Ibn Ahemet "el Vengativo", señor de la Taifa de Alcartam, también conocida como Aben-Razim, o en los condados del Norte como Albarracín (¡Qué Alá confunda a los cristianos por su horrenda pronunciación!) observó el horizonte. Frente a el se encontraba una pequeña elevación tras la cual sus exploradores le había dicho que se encontraban las tropas de su mayor enemigo, Ahmed Ben Abdalah. Esperaba encontrarse bien pronto frente a frente con ese juntaletras advenedizo, y hacerle pagar sus ofensas, y aunque estuviese protegido por su perro faldero, Bucar Alhamat, le haría tragarse todas sus ínfulas de lechugino y pisaverde..."

Jugamos el lunes el acto final de la campaña, usando el reglamento Hail Caesar, donde los ejércitos de las Taifas de Molina y Alpuente, por un lado, y el de la Taifa de Albarracín, reforzado por tropas cedidas por la vecina Taifa de Zaragoza, por el otro, se vieron las caras sobre nuestra mesa de juego.

He puesto las listas de ejercito usadas en un archivo para su descarga, sólo indicar que, aunque aparezcan tres divisiones o "batallas" por ejército, jugamos solamente con dos, siendo la tercera opcional... por si acaso algún día nos da por reeditar la batalla (y si algún día tenemos figuras suficientes...)

Como dijimos, hay una serie de reglas de la casa para dar sabor al combate y reflejar un poco los personajes en liza. Así, se refleja el ardor combativo de Yusuf, la poca habilidad de Ahmed en combate, los esfuerzos de Bucar para protegerlo... y las diversas relaciones de entre unos y otros, ayer aliados, hoy enemigos.

"Yusuf despachó rapidamente un mensajero con destino a las tropas de su aliado de Zaragoza. Sus exploradores le habían traído la noticia de que la tropa de Molina, situada al otro lado del rio, maniobraba para cruzarlo y unirse a la de Alpuente, con lo cual situar la batalla de su aliado frente a ella era inútil... mejor traerla a su lado e intentar atacar a Ahmed antes de que sus tropas se hubiesen reunido completamente."

El terreno fue generado por acuerdo, el rio Guadalaviar dividía en dos a ambos ejércitos, y dos colinas fáciles y un bosque separaban un despliegue de otro.

Un par de imagenes generales del campo de batalla:





Obligatoriamente, una batalla o tropa de cada bando debía desplegarse a cada lado del rio.

Los de Albarracín desplegaron con la tropa de Rodrigo Díaz a la izquierda y la de Yusuf a la derecha.

Despliegue de Albarracín:



Despliegue de la tropa de Zaragoza, con Rodrigo Díaz al frente:



Los de Molina/Alpuente, con Ahmed a la Izquierda y Aben Hamar a la derecha. La batalla comienza con las tropas de Molina y Zaragoza moviéndose rápidamente para cruzar el río, en una carrera para ver quien llega primero para apoyar a nuestros personajes protagonistas.

Despliegue de Alpuente:



Despliegue de Molina, preparados sobre el camino para cruzar el rio:



Las tropas de Molina comienzan a moverse para intentar unirse a las de Alpuente:



"Yusuf despachó algunas ordenes, pero algo a su frente llamó su atención. Sobre la colina que tenía delante, parecía haber algún movimiento... ¿era posible que Ahmed hubiese llegado antes a coronar la pequeña elevación?... eso podría suponer un problema..."

La infantería de Alpuente trepa a la suave colina que tienen al frente, mientras que los jinetes bordean el altozano para ir a hostigar al enemigo:



"Pero al menos una buena noticia: las tropas de su aliado de Zaragoza estaban cruzando el río para unírsele, al menos el infiel que estaba al mando sabía hacer las cosas."

La tropa de Zaragoza cruza el Guadalaviar:



"Yusuf rápidamente despachó a sus jinetes para que acudiesen a hostigar al enemigo. Pensaba en bascular su despliegue hacía su derecha para dejar espacio a las tropas de Zaragoza a su izquierda, mientras esperaba no tener que usar a su infantería, poco más que una milicia poco entrenada y muchos de ellos reclutados a la carrera..."



Los jinetes de Yusuf coronan la colina de su derecha, dándose casi de frente con los jinetes de Alpuente:



En el intercambio de proyectiles, pronto cae la primera sangre:



"Yusuf envio un mensajero a D. Rodrigo, emplazándole a hacer frente a las tropas que habían coronado la colina de su izquierda, mientas que él acudía con sus tropas para coronar el mogote de la derecha. Pronto vio pasar al galope a los jinetes de Zaragoza, que se desplegaron para hostigar a las tropas que estaban en la colina. Pero algo reclamó su atención... un mensajero llego galopando, se detuvo ante él  y bajo de su caballo para postrarse de rodillas. Yusuf le espetó.
-¡No pierdas el tiempo, que no es momento! ¡¡Habla!!
El mensajero farfulló su mensaje
- Mi señor, el enemigo nos está hostigando fuertemente allí – dijo señalando al flanco derecho - ¡casi estamos desbordados!
Yusuf miró en aquella dirección, y vio remolinos de polvo, señal de combate de caballería. Decidió acercarse a comprobar la información. Al llegar vio a sus jinetes en peligro de ser desbandados..."


Los jinetes de Albarracín sufren el superior acierto en el disparo de sus contrapartes de Alpuente:



Lo que obliga a Yusuf a tener que reagrupar a alguna de sus unidades.

En el otro flanco las tropas de Zaragoza casi han llegado al centro, mientras que las de Molina se ven lastradas por sus fallos en las órdenes... lo que tendrá consecuencias...



Eliminados los hostigadores de Alpuente, los jinetes ligeros de Zaragoza hostigan a los infantes enemigos... al principio sin resultado:



Una vista del campo de batalla. Rodrigo y sus caballeros están casi a punto de lanzar una carga, Yusuf está a la derecha con sus tropas, los de Alpuente sobre las colinas y los de Molina intentan avanzar por el camino...



"Rodrigo Díaz oteó su frente. Sobre la fácil colina que tenía delante, tropas de infantería enemiga se desplegaban, banderas al viento. Se dio cuenta que los estandartes no eran los de Molina, y eso lo hizo caer en que seguramente fuese la infantería de Alpuente... sus exploradores le habían dicho que parecían tropas de escasa calidad, milicias seguramente... maduros para una carga de sus caballeros. En el acto llamó a un mensajero y le confió la orden de carga..."

Efectivamente, los caballeros de D. Rodrigo están en posición, y no dudan. Encabezando la carga, los caballeros villanos, con los de la mesnada detrás para apoyarles y explotar el posible éxito.



Mientras, en el flanco derecho, el combate parece que se decanta para las tropas de Yusuf... alguna unidad de Alpuente se retira y otra es desbandada:



"Yusuf se esforzó en contener el pánico de sus tropas. Alguno de sus notables había sido herido, y sus seguidores flaqueaban ante las bajas. Aún a riesgo de la lluvia de flechas y jabalinas enemigas, gritó identificándose ante sus hombres. Estos le vitorearon y formaron nuevamente, volviendo prontos al juego del "tornafuye" con los enemigos, los cuales iban llevándose la peor parte...":



Y mientras tanto... los de Molina sin avanzar:



"Ahmed estaba sobrecogido por el combate. A pesar de estar nominalmente al mando, dejaba que Bucar le dijese como proceder... ¡suerte de tenerle a su lado! El desarrollo del combate estaba casi abrumándole, pero aún podía ir viendo como este se desarrollaba...  al lado de sus infantes, protegido por las líneas de estos, despachaba y recibía mensajeros, mientras que desde su posición se veia todo el campo de batalla. Estaba preocupado, porque, aunque habían enviado ordenes a las tropas de Molina, estas estaban teniendo problemas para terminar de unirse a las suyas...
De repente, Bucar le tomó del brazo y le señalo un punto en el despliegue enemigo. Admet miró en esa dirección... y no pudo evitar sentir un escalofrio.

Un formación de jinetes se dirigía al galope tendido directamente sobre donde él y Bucar se encontraban... el sol se reflejó sobre la punta de sus lanzas y sus yelmos... lo que le sacó de su  estupefacción fue el grito de su fiel Bucar:

- ¡Caballeros infieles! ¡Ese perro de Yusuf ha contratado mercenarios infieles! Mi señor... ¡debéis de protegeos!

Ahmed reacciono... no, no dejaría que le tomasen por un cobarde.

- ¡Bucar! ¿Dónde está nuestra caballería?

- Mi señor, aquí al lado... ¿no estaréis pensando en...?

- Sí.

Pero las cosas se precipitaron..."


La carga de los caballeros volatiliza a la infantería de Alpuente, aunque no sin pagar un precio...





"Ahmed vio pasar a su lado a sus hombres a la desbandada, perseguidos por los cristianos que los iban abatiendo sin que estos pudiesen defenderse... una vez rotas sus líneas el pánico había hecho el resto. Había que moverse rápido, o ellos mismos serian también victimas de la carga... y, a todo esto... ¡¿donde estaban los de Molina?!"

Los caballeros arrollan todo a su paso... aunque se detienen al llegar a la parte de atrás de la colina.
Los jinetes de Molina han conseguido, por fin, llegar, y se despliegan cerrando el paso. De hecho, la suma de bajas de la carga y del hostigamiento por parte de los jinetes hace que los caballeros villanos se desbanden también. Los caballeros de la mesnada reciben entonces la orden de volver de nuevo a sus líneas, mientras que sus propios jinetes los apantallan...

Pero mientras tanto, la caballería de Alpuente trata de cargar a su vez... para quedarse al final cogida entre los caballeros que regresan y la caballería de Albarracín que les corta el paso.

Los caballeros cargan sobre los montados musulmanes... entre los cuales se encuentran Ahmed y Bucar...

"Ahmed se dejó llevar por la inercia de la cabalgada. En su mano, torpemente esgrimida, su cimitarra le pesaba. Bucar se encontraba a su lado, sin perderle ojo... pero pronto el ímpetu de la carga se freno un tanto. Parecía que nunca iban a llegar a contactar a su enemigo al frente....

Unas voces se oyeron detrás de Ahmed y Bucar:

- ¡Nos atacan!

Ahmed volvío la cabeza... y lo que vio le dejo helado.

Los caballeros cristianos volvían de haber masacrado a sus infantes... ¡cargando directamente sobre  su caballería! Bucar reacciono rápido:

- ¡Por vuestra vida, daos la vuelta!

Al menos recibirían la carga de frente..."


La caballería Alpuente se queda a medio camino, y los caballeros cristianos a su vez cargan sobre ella. Ahmed (con Bucar) decide implicarse en combate... por parte de D. Rodrigo, también se une, aunque apoyando con sólo un dado.

Ruedan los mismos... y los de Alpuente son laminados por los caballeros.



Llega el momento de ver el riesgo corrido por los mandos implicados... ruedan otra vez los dados y...

"Ahmed vio a un caballero que blandía una maza dirigirse directamente sobre él. Tragó saliva, afirmó los pies sobre los estribos, tal como le había enseñado Bucar, y levantó su adarga para desviar el golpe... pero algo saló mal. Sintió un impacto tremendo en su brazo y su adarga cayo al suelo... un dolor insoportable le recorrió todo el costado, y su mano cayó, insensible. El cristiano levanto de nuevo la maza, y Ahmed se preparó para lo peor... pero el golpe no llegó. Bucar se interpuso entre ambos, golpeando al caballero con su cimitarra, haciendo que se tambalease, y se separase de Ahmed. Bucar se volvió, y con la parte plana de su espada golpeó la grupa del caballo de su señor, haciendo que saliese al galope. Ahmed, mal que bien, hubo de aferrarse a las crines con su brazo útil... a su alrededor, sus guerreros iban siendo superados por la carga cristiana, e iban cayendo o huyendo a la desbandada... dejó atrás la meleé de caballería, galopando casí sin saber... por suerte, su caballo lo llevo junto al bosque, donde algunos de sus jinetes arqueros trataban de reorganizarse. Allí consiguió detener a su caballo.
El brazo le dolía horrores. Seguramente el golpe le había roto algún hueso...
Pero en ese momento de acordó de Bucar, y se volvió sobre la grupa. Para su alivió, le vio venir galopando... pero su alivio pronto se trocó en alarma. Bucar se tambaleaba sobre su caballo, con la cara pálida y apretando los labios... al llegar al lado de Ahmed, sólo acertó a musitar

– Mi señor...

cerró los ojos y se deslizó de su montura al suelo...

Ahmed se dejó caer como pudo de su caballo y corrió al lado del que consideraba casi su amigo. Al llegar a su lado reparó en la cota desgarrada en el costado, el trozo de lanza que sobresalía del agujero, y la sangre, muy roja. Se agachó al lado de Bucar y cogió su cabeza. Bucar abrió los ojos.

- Estáis herido... he fallado en protegeros

No pudo decir más..."


Como daños colaterales, Bucar es abatido y Ahmed herido.



"Rodrigo vio como Ahmed y su protector salían huyendo, y retuvo a sus caballeros. Era necesario mantenerlos organizados para el siguiente movimiento. Los de Molina habían llegado, y aunque se había prometido no atacarlos si ellos no lo hacían primero, le habían obligado a ello. Sus peones se encontraban desplegados al lado del camino, y los infantes de Molina cargaron sobre ellos. Galopó hacía el combate para ayudar sus hombres..."

La infantería de Molina carga sobre la de Rodrigo Díaz...



Pero después de un durísimo enfrentamiento, sale rebotada...



"Ahmed estaba casi en shock.  Todo su ejército se encontraba en fuga o desperdigado sobre el campo de batalla, y tratar de reorganizarlo, sin la ayuda de Bucar, parecía imposible... quizás era el momento de acabar con aquello y retirarse con los hombres que aún le quedaban...

"Yusuf seguía implicado en el combate de "tornafuye", cuando un clamor proveniente de su izquierda le hizo desviar su atención. Prestó atención a los gritos...

- ¡El enemigo huye! ¡Victoria!

Era verdad. Frente a él, los jinetes enemigos volvían grupas y salían a uña de caballo. Yusuf elevó los ojos al cielo y dio las gracias a Alá. No había conseguido encontrar a su odiado Ahmed, pero la victoria había caído de su lado..."

Y en este momento, pusimos fín a la batalla, concediendo la victoria a las tropas de Aben-Razim y sus aliados de D. Rodrigo Díaz.

Una imagen final del campo:




Enviado desde Legio por correo ecuestre

Caballero Andante

Los acontecimientos posteriores ocurrieron rápidamente. En apenas unas semanas, la taifa de Molina fue anexionada por la de Zaragoza, mientras que la de Albarracín se hizo con la de Alpuente. Al mismo tiempo, la mesnada de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como "Campi Docti" por cristianos y como "Cide" por musulmanes, se erigió como la fuerza más poderosa en el oriente peninsular.

Pero a pesar de su triunfo, el vengativo Yusuf jamás pudo encontrar a su rival, Ahmed, ni tampoco volver a contemplar la indescriptible belleza de la princesa Zaida. Ordenó rastrearlos a través de villas, caminos e incluso extensiones de bosque... A todas las cortes, musulmanas y cristianas, envió emisarios preguntando por ambos... Ofreció la mitad de su tesoro a quien se los trajera de vuelta... Todo en vano.

Ciego de ira, Yusuf quemó con su propia mano todas las obras escritas por Ahmed ben Abdalah, junto a su extensa y valiosa biblioteca. Con el tiempo, el nombre del valeroso Búcar Alhamat fue olvidado, mientras el destino final del poeta Ahmed y la hermosa Zaida se convirtió en leyenda, que algún erudito llegaría a comparar con la tragedia troyana.

Pero, mi Señor Príncipe, como dicen los juglares: "eso ya es otra historia"...


FINIS.