Tal día como hoy, un 24 de ABRIL, hace 488 años, fueron ajusticiados los caudillos comuneros Bravo, Padilla y Maldonado, tras ser derrotados en la batalla de Villalar acaecida un día antes. Como no puede ser menos, una región española vuelve a conmemorar una derrota y celebra en ese día su festividad (caso de Madrid y Cataluña).

La Historia de los Comuneros es complicada, y frecuentemente sometida a interesadas interpretaciones. Sin embargo no deja de ser curioso que nadie reivindique los fueros castellanos como seña distintiva e identificadora, limitandose a irse a comer a la llanura de Villalar.

La llegada de Carlos I (V) a España en 1517 fue funesta. Hijo de Juana (La Loca) y Felipe (el Hermoso), nieto pues de los RRCC, heredo el Reino Castellano (y más cosas) de rebote y antes de tiempo. Logicamente la mayoría de castellanos preferia al infante Fernando, educado en Castilla, antes que un extranjero seguido de una corte pomposa y ajena a las costumbres nacionales. Ni siquiera recibio al Cardenal Cisneros, regente del reino, y se limito a poner en los cargos más importantes d ela administración castellana a borgoñones y flamencos, relegando a los nativos. Ni siquiera respeto a las Cortes, reuniendolas unicamente para pedir dinero y financiarse el cetro imperial.

Las cortes de Santiago (1520) fueron el detonante de la rebelión Comunera: Carlos soborno, amenazo e influyo en cuantos procuradores (delegados de las ciudades castellanas en dichas Cortes) pudo para lograr un empresito y marcharse con el dinero a Alemania para ser nombrado emperador.

Al poco de su marcha empiezan los alborotos, principalmente de las clases populares urbanas, a las que en buen grado siguieron los burgueses y algunos nobles (el Duque de Feria y el del Infantado). Los rebeldes se agrupan en Comunidades, ciudades, y se convocan Cortes Comuneras en Segovia (a las que solo asisten cuatro ciudades: Segovia, Toledo, Salamanca y Toro).

El Consejo de Regencía, dirigido por el (flamenco) Cardenal Adriano decide actuar con mano dura pues cree que la revuelta se limita a estas cuatro ciudades. Sin embargo cuando los "imperiales" sitian Segovia se demuestra la fortaleza e independencía de las ciudades castellanos. Refuerzos de Madrid, Toledo y demas ciudades castellanas obligan a levantar el sitio; entre los alzados se oyen voces de independencía, crear ciduades estado al modo italiano o reponer en el trono a Juana I. Si bien el "autogobierno" de las ciudades castellanas es su gran fuerza al final tambien será su fin.

A finales de 1520 al norte del Tajo Castilla era Comunera; al sur el Consejo de Regencía mantenía su poder (excepto en Murcia, que tiempos aquellos en que Murcia era castellana), y la mayor parte de los nobles se aliniaron con el Rey Carlos.

Oe,oeoeoe....
Fantástico tema, generalinvierno. Espero con ansias la continuación.

Has ido alguna vez a villalar, general??. Entonces podras ver como el dia 23 hay mucha gente que reivindica castilla y conmemora en el monolito de villalar con ofrendas florales y todo.

Uno de los pasajes de nuestra historia menos divulgados, pero que nos marcaron profundamente.

Con unos héroes del pueblo, que defendieron su autonomía frente a un Rey que consideraban extranjero.

Y para aquellos que sepan el final de la historia, les propongo que escuchen esta canción. A mí por lo menos me pone los pelos de punta. 

http://www.youtube.com/watch?v=49GwiJyyHGc&feature=related

En la revista Historia de Iberia Vieja de este mes de Abril viene un artículo sobre pequeños errores históricos (pag 47.) donde nos señala el error común de señalar el morado como el color de los pendones que enarbolaron las tropas comuneras en la batalla de Villalar. Nos dice el autor que ese color, el morado, es el de los reyes de Aragón y por ello dificilmente usado en tal batalla ni en otro lugar por los comuneros, puesto que el color de las ciudades castellanas es el rojo o el rojo-carmesí. Señala así también, que su introducción en la bandera republicana obedece a dicho error y que aún, algunos, se empeñan en mantener hoy en día.

Aunque no sea castellano ni por asomo ni nada, bonita historia, el final ya lo conozco pero a ver como lo redactas

Generalinvierno, ¿el principio de tu texto no esta mal? Lo digo por que los comuneros fueron derrotados el 23 de Abril, no en Mayo. Por cierto, si mal no recuerdo el ultimo canton comunero en caer fue Toledo en octubre de ese mismo año.

Buen relato, aunque algo corto, deja con ganas de mas (sutil indirecta ).

En el invierno de 1521 el movimiento comunero se radicaliza, las acciones antiseñoriales de las tropas del obispo Acuña hacen que los nobles se pongan decididamente de parte del Rey. Ambas margenes del Pisuerga se llenan de rebeldes, y queda claro que la alta nobleza prefiere un rey extranjero y absolutista a un gobierno de Cortes. El propio exito comunero será su fracaso: en esos momentos existe una posibilidad real de un gobierno en Castilla al margen de nobles y reyes. Eso hace que la aristocracia, el Consejo de Regencía y el Rey de Portugal unan dineros y tropas. Incluso la muy castelllana ciudad de Burgos cae en manos "imperiales", ella y sus dineros del comercio lanar.

Los ejércitos comuneros se dividen, uno al mando del Conde de Salvatierra, el unico noble alzado y las tropas de Juan de Padilla operando en la alta Castilla. Padilla dispone de 7.000 hombres que retorceden dese Medina. El 23 de abril se produce el desastre: bajo una terrible lluvia que inutiliza cañones y trabucos la caballería noble, sin apoyo de su infantería, sorprende a los comuneros cerca del pueblo de Villalar. Los peones y escopeteros comuneros no tienen tiempo de formar filas. En pocos minutos se decide el destino de la España Imperial, y el fin de Castilla.

Nunca volveran las viejas ciudades castellanas a ser arbitro del Reino, ni sus muros volveran a ser escenarios de grandes batallas (hasta la llegada de francés, pero eso es otra historia).

Aún quedan focos comeros, la viuda de Padilla, Maria Pacheco (la leona de Castilla en la iconografía franquista) resistira un año más en la ciudad de Toledo; en dura venganza los restos de Padilla nunca reposaran en su ciudad natal.

La habilida poliitca del cardenal Adriano (por algo llego a Papa el chaval) y la desunión de las ciudades han marcado el fin de la guerra.

Para la Historia de Castilla quedan las palabras de Padilla antes de serle cortada la cabeza. Mirando a Bravo (que pidio ser ajusticiado el primero para no ver a sus compañeros muertos), Padilla dijo:

"Señor Bravo, ayer toco luchar como caballeros, hoy toca morir como cristianos"