Lo cierto es que según avanzas y transcurren las horas de juego la adicción sigue una serie similar a la de Fibonacci. Sin embargo trato de mantener un equilibrio ya que cualquier paso en falso puede ser fatal y eso, para un lobo solitario como yo, es algo terrible por necesidad.

Lo sé, os estaréis preguntando qué ha sido del ingenuo que inició este hilo cargado de buenas intenciones y una excelente sociabilidad.

Dejad que os cuente.

En mi ruta hacía ninguna parte, o ese gran desconocido llamado Noroeste, he disfrutado como nunca de lo pastoral y bucólico de esta Arcadia soviética. Lo he disfrutado y lo he hecho en soledad.

Es cierto, lo reconozco, de tanto en tanto la presencia de otros irrumpe en la desolación del paisaje pero desde lo ocurrido en Novodmitrovsk no he deseado contacto alguno con los vivos. Claro que, como dice la canción, you can't always get what you want.

Gvozdno y su capilla fueron testigos de mi indiferencia cuando un hombre empapado en sangre cruzó la calle principal seguido de cerca por cuatro muertos que habían decidido correr como nunca. Lo escuché gritar como el que escucha el tráfico de su ciudad y me quedé muy quieto, a la sombra de una cruz ortodoxa. Podría apostar mi última .45 a que el desgraciado reía como un poseso mientras Jesse Eisenberg enunciaba la ley cardio en la ridícula y divertida Zombieland.

Continué la marcha en dirección opuesta sin preocuparme por su suerte. Supongo que fue un error porque no solo me encontré con una estampa propia de algún anuncio publicitario dedicado a no sé qué lavavajillas si no que me di de bruces con una zona caliente.

Starty Sobor y Novy Sobor son el campo cero de todo aquel lo suficientemente estúpido como para plantearse una escapada de fin de semana al Aeródromo Nacional Norte, esa gran mierda donde el ejército abandonó lo poco que quedaba de sí mismo antes de volar no se sabe a dónde. En el plazo de una hora hice lo imposible por pasar inadvertido. Fracasé.

Poco después del mediodia, o lo que a todas luces lo parece, mientras recogía agua en una charca al sur de Vybor, sucedió.

Decían ser dos y presumían de sus buenas intenciones. Se acercaron desarmados y se presentaron ofreciendo una lata de judías para firmar la paz y asentar nuestra precaria relación de confianza mutua. Supongo que acepté por el bien común y a cambio dejé que mi cantimplora diera un par de vueltas por sus manos. Con sorpresa celebraron mi capacidad para entenderme en castellano y tal fue la alegría que el tercero abandonó su escondite en la espesura y se unió al grupo, escopeta en mano, para discutir las maravillas del fútbol. Entonces comencé a sentirme mal y el pive argentino me explicó, afablemente, cómo habían envenenado las judías. Continuó con los efectos de la intoxicación y terminó exponiendo lo fácil que sería dejarme morir.

Pero les había caído bien, dijo.

Por eso me habló del aeródromo, por eso dijo que iríamos al norte y lo haríamos juntos, por eso señaló el Mosin Nagant que colgaba a mi espalda y después mentó a Joffrey Baratheon. Pero, sobre todo, por eso me envenenó.

Esos nombres hay que apuntarlos en la lista negra 

Por lo menos estará jodido por haber perdido con Alemania.

La verdad es que es una muerte jodida, es normal que luego los usuarios disparen a la mínima duda, hay mucho cabrón suelto

Desde el preciso instante en el que posé la vista en aquella descomunal galería de tiro supe que era cadáver.

De camino me habían leído la cartilla.

El Aeródromo Nacional Norte era una cicatriz que recorría casi tres kilómetros de absolutamente nada en línea recta, dirección sureste-noroeste. En el mismo centro se alzaba la torre de control, la mejor posición para controlar el acceso a los distintos hangares y zonas de mantenimiento del complejo y un valor en alza para cualquier opositor al otro barrio.

Según me contaron el área y sus alrededores era el patio de recreo de tiradores que, desde los bosques o alguna de las multiples torres de radio y demás posiciones elevadas, disparaban con total impunidad. Por eso, el único papel posible para mi persona era detectar cualquier presencia hostil con mi mira telescópica de largo alcance y después, si era posible, eliminar la amenaza para tomar la torre de control y asegurar el saqueo cómodo del lugar.

Con éstas me desearon suerte sin renunciar a ningún tipo de cliché.


Dejé nuestra posición y me dirigí a la estación de bomberos, puerta de entrada al matadero, con la peregrina idea de mantener el sol a mi espalda y sin saber muy bien qué hacer. La puerta estaba abierta por lo que imaginé que no estaría solo pero aún así pasé por alto la paranoia y di por hecho que para entonces habría un buen puñado de desconocidos siguiendo mis aventuras desde el otro lado de sus visores ópticos.

Observé la zona desde la mejor posición que podía ofrecer el almacén pero no era suficiente y me vi obligado a subir las escaleras que llevaban a la torre. En el segundo piso advertí movimiento al otro lado de las pistas y en el preciso momento en el que me dirigía al tercer piso un desconocido bajó las escaleras. Llevaba en sus manos un fusil de precisión M4A1 que traqueteó sin munición que escupir justo antes de que alzara mi magnum y amablemente exigiera su rendición. 


Dejó su fusil en el suelo y junto a él colocó una nueve milímetros.


Llenamos la torre con carcajadas y sin saber muy bien cómo ni por qué compartimos uno de esos escasos momentos de paz fraternal. El francés me cuenta, mientras da buena cuenta de mi última lata de melocotones, cómo se quedó atrapado en aquel nido y hace que cada gramo de inocencia que sazona su historia parezca creíble. Cuando me llega la palabra le hablo de mis compañeros del hangar número uno y de mi viaje a la torre de control. Se ríe mientras certifica mi muerte y me acompaña hasta el extremo oriental del edificio de bomberos donde, para mi sorpresa, comienza a ascender por una escalera exterior.


Desapareció con un pulgar optimista en alto mientras le dedicaba mi mejor índice y lo vi subir otra escalera que llevaba directamente al tejado de la torre en la que hacía unos minuros nos habíamos encontrado por puro azar. Hablaba mientras ascendía pero apenas alcanzaba a entender lo que decía desde mi posición. Entonces sonó un disparo y casi se me sale el corazón por la boca. Después nada.


Salí corriendo entre risas -por no caer en las lágrimas- y llegué a la torre de control con una sensación de invulnerabilidad fuera de lugar y una sinfonía de disparos que me hizo pensar en un comando especial Lee Harvey Oswald. En la cúpula de la torre otro ataque de risa sucedió al primero cuando me encontré rompiendo mis propios pronósticos. No esperaba llegar tan lejos y ahora contaba con una docena de 7.62 para el resto de una fiesta de la que no quería formar parte. Entonces la estupidez del hombre se hizo patente y los disparos se alternaron rítmicamente en lo que supongo fue un duelo de tiradores.

Y yo lancé la bengala.

Messi, Simeone y Maradona salieron de su agujero, diminutos en la distancia, corriendo como ratas de hangar en hangar. El francés no daba señales de vida y las hostilidades parecían haber llegado a un punto muerto o una resolución que yo desconocía pero deseaba fatal para las dos partes. Seguía los acontecimientos desde la relativa seguridad que supone un teleobjetivo de gran alcance cuando lo que parecía el atardecer comenzó a convertirse en una escala de grises preocupante y un temblor de manos hizo del todo imposible mantener blanco alguno en mi punto de mira. Recordé la epinefrina y con ella recuperé el pulso. Abandoné la maldita torre de control en mitad de lo que parecía un episodio del Nodo y así, con la vista nublada, me encontré con el bueno, el feo y el malo a la sombra de un humvee calcinado.


Eran tres e incluso quedándome ciego podía ver lo ansiosos que estaban por saquear a los muertos y seguir engordando. Paramilitares en blanco y negro cargados de armas que no sirven de nada sin un mag adecuado y bien alimentado.


La primera del .357 abrió una bonita flor en el pecho de Messi, que se derrumbó sin decir esta boca es mía. Simeone, o tal vez Maradona, no lo sé, salió corriendo mientras el otro -fuera quien fuese- me atacaba con un bate de béisbol. Creo que me rompe algo antes de salir huyendo pero disparo y aunque al huir me da la espalda casi puedo ver como su cara se deshace en un espectáculo de fuegos artificiales.


La tercera del .357 siguió la trayectoria que marcó Nucky Thompson cuando asesinó a Jimmy Darmody y debo decir que Messi la encajó con la misma entereza.

Me apoyo contra el humvee, me deslizo poco a poco hasta el suelo y pierdo la consciencia.

Cita de: kront en 14 jul 2014, 01:44
La verdad es que es una muerte jodida, es normal que luego los usuarios disparen a la mínima duda, hay mucho cabrón suelto

La verdad es que sí, pero no.

Los andinos eran unos grandísimos cabrones pero sabían lo que hacían, eran perros viejos.

El francés era aún peor -estoy seguro que desde su posición había enviado a muchos a la costa este-, exudaba peligro por los cuatro costados y aunque su reacción instintiva fue disparar al encontrarnos en las escaleras y el azar me salvó, mi decisión de perdonar su vida y compartir lo poco que tenía con él mientras le advertía de los otros fue determinante.

Me explico.

Esperaba inconsciente -dependiendo de la causa el tiempo de espera hasta tu muerte puede variar de un minuto a cinco minutos- el funesto mensaje You are dead sobre fondo negro cuando de pronto regreso a la escala de grises y me encuentro al francés inclinado sobre mí. Me había practicado una transfusión sanguínea de urgencia. No había tiempo ni equipo médico para comprobar mi grupo sanguíneo -el juego contempla ese nivel de detalle- pero afortunadamente acepté la donación y poco a poco mi monitor fue recuperando el color.

Me sacó de allí y compartimos camino hasta Lopatino, donde nos separamos -hora de dormir-. Agradecido le regalé mi Mosin Nagant, él insistió en entregar su M4A1 a cambio.  Lo acepté a regañadientes sabiendo que es el arma más codiciada de Chernarus y que aún sin mag su valor relativo está a años luz del mejor Mosin Nagant.

Cita de: Xoso en 13 jul 2014, 22:52
Esos nombres hay que apuntarlos en la lista negra 

No puedes.

Sólo si la interacción entre los jugadores supone un mensaje del sistema aparece el nombre del jugador en pantalla.

Si hablan, si abren la boca, también se desvela su identidad.

Pero, siempre hay un pero, no sirve de nada tomar nota por que el nombre de tu personaje no va ligado al nombre de tu perfil de Steam y, además, puedes cambiar de nombre tras cada sesión. Es algo que hace muy difícil entablar una amistad con una persona que no forma parte de tu entorno de jugadores habituales más allá de la necesidad mutua y puntual de un momento dado. Al mismo tiempo fomenta cierta clase de impunidad ya que la persona que hoy es un buen samaritano sólo necesita cambiar su nombre para ser un auténtico psicópata mañana.

Por supuesto también está el tema de la discrección.

Cita de: kront en 14 jul 2014, 01:44
Por lo menos estará jodido por haber perdido con Alemania.

Eso espero.

Esta partida tuvo lugar la madrugada del sábado y por aquel entonces, a las puertas de la final, se sentían ganadores.

Dios, en menudos cirios te metes. Me encanta.

Juegas al mod del arma II o al juego independiente? El otro día me pensé si pillarlo y viendo esto me está apeteciendo incluso más xD

Cita de: Igcaspe en 14 jul 2014, 11:17
Juegas al mod del arma II o al juego independiente? El otro día me pensé si pillarlo y viendo esto me está apeteciendo incluso más xD

Es el juego independiente.

La verdad es que todos estos relatos están resultando de lo más tentadores. Lo de Messi, Simeone y Maradona fue simplemente  Podríamos crear un clan o algo 

Yo ya lo tengo. Soy un chico fácil 

A ver si a lo largo de la semana puedo probarlo y una noche que tenga tiempo le echamos unas buenas horas 

100% peliculero el tema

Cita de: Xoso en 14 jul 2014, 11:24

Cita de: Igcaspe en 14 jul 2014, 11:17
Juegas al mod del arma II o al juego independiente?

Es el juego independiente.

Exacto.

Es un stand alone como su propio nombre indica.

Cita de: Xoso en 14 jul 2014, 11:24
Podríamos crear un clan.

No me gustan los clanes.

No sé por qué pero nunca he pertenecido a ninguno.

Sin embargo un grupo de juego suena aún mejor y sería un auténtico placer.

Cita de: Igcaspe en 14 jul 2014, 17:06
Yo ya lo tengo.

¡Muahjuahjuahjuah!

Cita de: Gonfrask en 14 jul 2014, 18:01
100% peliculero el tema

No lo sabes bien.

Lo cierto es que he omitido algunos detalles del metajuego pero no he añadido absolutamente nada.

Lo ideal sería grabar un gameplay pero no dispongo de una capturadora de vídeo adecuada.

Hablemos del metajuego.

El primer personaje con el que jugué sobrevivió ocho horas reales de juego y murió de un Di Stéfano. Perdí la conexión con el servidor y al recuperarla un mensaje anunció su defunción. No sé qué acabó con él pero supongo que no sufrió. Imagino que durante los noventa segundos de prórroga que el servidor ofrece para que reestablezcas y sincronices tu conexión algo fatal sucedió.

El número exacto de personajes que perdí en las dos horas de juego siguientes superó la media docena.

El protagonista de las historias que aquí he ido contando ha sobrevivido unas doce horas de juego durante las cuales ha permanecido al margen de cualquier tipo de problema -teniendo en cuenta que está en mitad de un apocalipsis zombie- el 90% del tiempo. Pero como digo depende del estilo de juego y tu forma de actuar sin olvidar la suerte o tu ubicación geográfica.

Speaking of the devil, los jugadores se subdividen en tres grandes grupos:

Bambis.

Son, por lo general aunque no necesariamente, newbies, noobs y demás. Los reconocerás porque corren sin sentido de un lado a otro y su atuendo podría provocar un suicidio colectivo en la semana de la moda de Milán.

Bandits.

Son la evolución natural de los bambis. Los reconocerás por su afición a la caza, el robo y el asesinato de largo alcance desde lo que podría llamarse el culo del mundo y un aspecto que guarda cierto aire paramilitar pero que incorpora elementos -sombreros de cowboy, chupas de cuero o raiban- de malote.

Heroes.

Son la evolución natural de los bambis con graduado escolar. Los reconocerás por su capacidad para mantener una conversación civilizada y la prudente costumbre de presentarse sólo cuando la ocasión es favorable o absurdamente desesperada. Con el tiempo muchos caen en el lado oscuro de la fuerza y se convierten -si no lo eran ya- en los jugadores más peligrosos de Chernarus.

Después están los hoppers -una etiqueta que puede acompañar a cualquiera de los anteriores-. Son aquellos que saltan de un servidor a otro si las cosas se tuercen. He leído que antes era una práctica común.

Funciona así...

1. Un bandit se encuentra atrapado en su nido de tirador, suprimido por el fuego de un grupo de jugadores que esperan el mínimo movimiento para acabar con él y despejar la zona.
2. El bandit se desconecta de su servidor.
3. El bandit se conecta en otro servidor, abandona su nido y se coloca en otro a la espalda de la posición enemiga.
4. El bandit se conecta de nuevo al servidor en el que estaba teniendo lugar la jugada.
5. El bandit dispara a placer sobre los jugadores.

...o al menos así lo hacía porque ahora han añadido un tiempo de espera de 20 segundos previos a la desconexión voluntaria y, si inmediatamente después te conectas a otro servidor, 90 segundos extras de espera. Por supuesto durante ese precioso tiempo tu personaje permanece en juego e indefenso. Sin embargo aún lo practican en situaciones de peligro para salvar el pellejo. Sin ir más lejos yo mismo pude desconectarme en el aeródromo una docena de veces pero creo que rompe el juego y la experiencia, aunque jodida, era divertida y de lo más emocionante. Supongo que lo veo como un juego de rol y todos los papeles son tan lícitos como el que más.

Perdón pero me he perdido, como te has salvado del envenenamiento ? O es que era otra partida ?

Perdón, gracias

El juego parece espectacular !!!!!

Más historias por favor

Cuando me senté junto al Humvee -pulsando F3- era porque me daba por muerto.

Según mi hoja de personaje estaba sangrando, tenía una fractura y además estaba enfermo -envenenado-. El francés usó una transfusión de sangre para que recobrara la consciencia, me inyectó un pen de morfina y me pasó unas pastillas de carbón con las que me libré de los químicos que tenía en el organismo.

Reconozco que no sé muy bien como funcionan los estados y el material médico más allá de lo que ya he ido experimentando pero creo que esa es la gracia de todo esto. Por ahora sé que la morfina es la mejor opción para las fracturas y la epinefrina sirve como droga de combate para mantener a raya el agotamiento -después de correr durante un tiempo apuntar con garantías es imposible- y otras dolencias.  Las pastillas de carbón o charcoal tabs se usan precisamente para evitar el envenenamiento ligero o severo por intoxicación química en base a desinfectantes o tintura de alcohol y los calmantes parecen bastante obvios. Las transfusiones y soluciones salinas se me escapan, por ahora.

Los estados -sediento, hambriento, empapado, enfermo, etc- van en una escala de gravedad clásica, de verde a rojo.

El envenenamiento, en mi caso, me provocaba una pérdida ligera pero constante de agua y sangre. Conseguía mantener la hidratación gracias a mi cantimplora pero para cuando llegué al final lucía un thirsty naranja como la copa de un pino. La pérdida de sangre es lo que provoca que el juego pierda todos sus colores paulatinamente y se plante en una escala de grises cada vez más quemada.

El sangrado puede venir de la mano de algún ataque físico como una herida abierta en cuyo caso no debemos preocuparnos siempre que contemos con vendas esterilizadas y desinfectante. El problema viene cuando es un sangrado interno como consecuencia de un estado ya que entonces no podemos paliar la pérdida de sangre salvo tratamiento médico.

Empirismo al poder.

Edito.

Comentó de pasada las acciones sociales aprovechando que abro el mensaje mencionando una de ellas.

Creo que es algo que nadie necesita y pocos aprecian pero da muchísimo sabor.

F1. El jugador saluda levantando su mano izquierda.
F2. El jugador se rinde levantando ambas manos por encima de su cabeza.
F3. El jugador se sienta en el suelo -sirve para recuperar el aliento-.
F5. El jugador aplaude con cierto aire de sarcasmo mas que aprobación, pero aplaude.
F6. El jugador muestra el pulgar indicando que todo está bien y demás.
F7. El jugador muestra el índice en un gesto que no necesita explicación.

Bravo, Saulic! Este hilo se ha convertido en mi favorito estos dos últimos días...



Un saludo,

Rinahe

Creo que este es uno de los mejores lugares para compartir mis impresiones.

Crear el tema, dotarlo de contenido y extender el hype ha sido un placer.

Seguirá siendo un placer.

Igcaspe está dentro.

Ahora es colectivo.

¿Xoso?