Vale, dobleposteo, todo esto siguiendo los cánones de trasfondo comenzado en la 5ª edición de batallas/2ª edición de rol. No me acordaba de un importante detalle, y es que en Bretonia no tienen un problema endémico de brujería. A todos los niños con capacidades mágicas (la magia en Warhammer es, en primera instancia, de nacimiento: si no naces con poderes, no puedes hacerla) se los llevan 'las Hadas', que vienen a ser Elfos Silvanos. A los niños no se les vuelve a ver, las niñas vuelven como Damiselas del Grial. Los padres que ocultan a estos hijos suelen recibir penas durísimas: las niñas son enviadas con las damiselas, los niños son condenados a muerte. Es posible que algún niño consiga crecer oculto por sus padres (los elfos no son omniscientes), pero si un hombre empieza a manifestar poderes será tratado con muchísima desconfianza, miedo y odio. Incluso más que en el Imperio.

Esto quiere decir que en Bretonia sólo hay dos tipos de brujos: estos extraños chiquillos que han conseguido sobrevivir a la purga y, por otro lado, brujos de otras partes que hayan llegado aquí huyendo. Ambos dos son gente peligrosa y si se dejan ver, seguramente serían objetivo para caballeros y demás. No hay nignuna organización dedicada a esto por entero.

Ya si nos metemos en las viejas ediciones (donde Bretonia era una Francia del siglo XVI, pero ultradecadente) ahí habrían cazadores de brujas no sigmaritas, por lo que el problema se soluccionaría un poco igual que en el Imperio.

Ademas que en Bretonia el acceso a conocimientos prohibidos debe estar un poco mas complicado, precisamente por ese tema mas "medioval" del transfondo, no debe haber tantas bibliotecas, no hay colegios de la magia...

Y si hay brujas malas, mutantes malvados o hechiceros, pues en efecto Caballero Novel o Andante de turno