Ulric y Thorgrim llevaban ya unas cuantas cervezas cuando el ambiente de la taberna comenzó a caldearse. La historia de la serpiente alada y los trolls no solo se había extendido, sino que se había ramificado y distorsionado cada vez que pasaba de un enano a otro. Había versiones en las que el grupo de enanos eran considerados como héroes y otras en las que eran bufones sin honor, pasando por versiones con añadidos de cosecha propia. Incluso había una en la que que habían luchado contra un snotling de quince metros de altura. Había discusiones al respecto a lo largo y ancho de toda el establecimiento.

No pasó mucho tiempo antes de que un grupo de barbilampiños con más cerveza en el cuerpo de la que podían asimilar empezara a hablar más de la cuenta. Era obvio que a ellos no les debía de haber llegado una de las versiones halagüeñas.

- He oído por ahí que hoy en día cualquier inútil puede entrar en el regimiento de rompehierros. Creo que hasta un imbécil como tú podrá unirse a ellos, Barjvuld - bromeó uno de los enanos, asegurándose de que hablaba lo bastante alto como para que ambos guerreros lo oyeran.

Thorgrim gruñó y bebió lo que le quedaba en la jarra de un trago. Podía soportar los ceños fruncidos de los barbaslargas por respeto a su edad, pero no permitiría que una pandilla de idiotas borrachos mancillaran su nombre ni el honor de los rompehierros.

- Es posible que lo haga, Jorkn. Tu, en cambio, tendrás que conformarte con que te contraten como mercenario. Según se cuenta por ahí, hoy día contratan a cualquier mendrugo que tenga un hacha propia y sepa contar monedas de cobre -  replicó el otro enano, levantando aún más la voz que su compañero de borrachera.

Antes de que Jorkn tuviera tiempo de seguir con la gracia, dio con sus huesos en el suelo, después de que Thorgrim rompiera la silla sobre la que estaba sentado de una fuerte patada. Tirado en la fría piedra, empezaba a tener menos ganas de guasa, aunque aún se sentía lo suficientemente socarrón, sabiendo que contaba con cinco amigos para respaldarle. Además, aquel rompehierros había sido derrotado por un goblin cojo, según había oído.

- Debes de estar muy loco o muy borracho para...

Tampoco tuvo tiempo para terminar la frase, cuando el enorme puño de Thorgrim se estampó contra su cara con fuerza.

- Antes de juzgar mi camino, ponte mis botas – sentenció el rompehierros antes de darle una patada en la cabeza que dejó inconsciente al desdichado barbilampiño.

Los otros cinco enanos se dispusieron a pelear con Thorgrim, que ya se encontraba respaldado por Ulric, quien se hallaba dispuesto a defender su honor con igual vehemencia y firmeza.

Ulric había aguantado estoicamente ciertos comentarios durante su estancia en los salones de Karad Norn. Era parte de su herencia de superficie, poco comprendida por los enanos de las minas, que los tildaban de locos o tal vez de cobardes. Lo había aguantado por su padre, por el honor y por no acabar con la única posibilidad de hacerse un nombre entre los tradicionalistas. Sin embargo, aquellos enanos eran poco más que unos críos, y aquello sí que no estaba dispuesto a consentirlo.
Al parecer, no era el único, pues Thorgrim se levantó como una exhalación para ajustarle las cuentas a los barbilampiños.
Incapaz de contenerse, Thorgrim golpeó a uno de los bocazas, que cayó inconsciente por una patada de la pesada bota del rompehierros.
Ulric echó una rápida mirada a los barbaslargas que estaban sentados en un rincón de la taberna. Durante un momento, pareció que los curtidos enanos no aprobasen su comportamiento, pero cuando iba a darse por vencido, uno de los más viejos, esbozó una leve sonrisa y asintió casi imperceptiblemente.
Los cinco compañeros del enano inconsciente rodearon a Thorgrim, y aunque no estaban demasiado seguros, confiaban en que su número fuese suficiente como para inclinar la pelea de su lado.
Ulric apuró su cerveza, se levantó y dio unos golpecitos en el hombro de uno de los matones. El muy idiota se volvió con el ceño fruncido, ocasión que aprovechó el mercenario para estampar su frente en la nariz rechoncha del barbilampiño, que pareció estallar como una manzana podrida lanzando sangre por todos lados. El enano se llevó las manos a la cara, mientras caía de rodillas casi inconsciente.
Ulric se colocó junto a Thorgrim y levantó los puños.

Y Entonces le dije, "¡mirad malditos berrugosos, pase que me hallais llenado de babas, pase que tenga que aguantar vuestro pestazo a oveja mojada he incluso puedo aguantar vuestros farfullos de vieja senil, pero con mis compañeros de bebercio no se mete nadie!" entonces salí de entre los restos de la choza y con un salto me subí a la grupa del quinto Troll, le corté la cabeza y la usandola como proyectil la encajé entre las fauces del otro haciendo que se atragantase y muriese asfixiado.

Entonces Ingmar bajo del cielo montado en el Ator Delta, pedaleando como si no hubiese mañana y con Thorgrim con las piernas separadas como si fuese un puente de hierro entre las dos alas con Radhead subido a su chepa disparando como un puto demonio contra los diez Trolls... y... y... ¿te ha dicho alguien que tienes la barba sedosa cual mies de verano? Y de tus patillas mejor no hablamos, casi podria interpretar un solo de cuerda con ellas.

Si lo sé son un truhan, pero SOY TU TRUHAN... por esta noche, que tampoco te pienses que me has...

¡Tu, idiota! ¡Mas cuidado! ¿Acaso no sabes beber? ¿No ves que tengo las manos ocupadas?

Cuando la vista de Bjorn se aclaró un poco, vió como sus compañeros se habian enzarzado en una pelea. No sabia cual era la razón, ni cuales los bandos, pero maldito sea el pico de su abuelo que n o se podia pedir más. Un trasero prieto en una mano, una jarra en la otra y una pelea en el horizonte.

Con una risotada estrelló la jarra de cerveza contra el craneo más cercano, dejó amorosamente a su compañera a un lado mientras le daba un último tiento a su barba y cargó cabeza abajo como un toro contra el grupo más cercano.

Grandes maestros mecánicos y maestros ingenieros. En las laderas de vuestra amada montaña, me fue entregada la oportunidad de crear una aeronave sin precedentes en nuestra comunidad, si bien no cuenta con la robustez y la durabilidad de vuestros constructos de vapor, puedo jurar su confiabilidad y la promesa de crear una herramienta que nos permita hacer mas con menos, pues su requerimiento de recursos es minima.

Podéis contar con su novel pero admirable carrera, con no mas de un mes encima, nos ayudo a derrotar tres trolles, ha obligar a huir a un mago humano y hacer correr acobardada a una bandada de goblins jinetes de lobos.

También, queda demostrado que un enano de respetable estirpe y posición, como mis honorables compañeros, pueden sentirse a gusto, y utilizarla como una extensión mas de su cuerpo, sin mayor instrucción previa, Venerables maestros – dijo tratando de ser mas solemne, pero viendo hacia un grupo de venerables barbas, que además de viejos ingenieros, eran ampliamete conocidos sus nexos con los gremios de comerciantes y traficantes – es un paso hacia la mejor utilización del recurso enano, para extender nuestra comunicación con otras comunidades subterráneas y comerciar con las razas de superficie.

Respetables Barbas, en vosotros esta decidir que este ingenio sea aceptado o condenado al olvido, no tengo mas que deciros. 


Ingmar, se quedo esperando la respuesta de los venerables maestros, confiando en que la codicia de los comerciantes y traficantes actuara en su favor

- ¡Thorgrim, misma tactica que con los Trolls pero al reves!

Grita Bjorn mientras ya se imagina en el aire con los brazos extendidos cual angel vengador y la barriga al viento como una pequeña luna de prieta grasa dispuesto a derrivar a sus enemigos como bolos.

El barullo resultante de la pelea fue monumental. Varios focos de peleas independientes surgieron en diversas partes de la taberna, respetando siempre la zona de los enanos más veteranos, que reían cada vez que un joven enano mordía el polvo aquí y allá. Thorgrim se acababa de zafar de un par de enanos que habían tratado de inmovilizarlo cuando le pareció oír su nombre por detrás. Se giró y vio al loco de Bjorn que corría hacia él agitando los puños y con una gran sonrisa en la cara. Sin tiempo a pensar, el rompehierros simplemente reaccionó.

Su puño derecho salió disparado como un resorte e impactó en el rostro del cervecero, que no se esperaba el golpe y cayó al suelo de culo al ver frenada su carrera. Una vez vio la cara de sorpresa del derribado enano, entendió que había cometido un error y que este no venía con intención de atacarlo.

- Eso por lo de la sierpe. Ahora estamos en paz – disimuló, aprovechando el malentendido para igualar las cuentas.

A pesar de que Thorgrim creía que Bjorn estaba loco, lo respetaba como a cualquier otro enano que hubiera combatido espalda con espalda junto a él. Pero aquel respeto no le restaba un ápice de hilaridad a la cómica situación.

- ¡Bwwuajajajaja! - se carcajeó el rompehierros, mientras alargaba el brazo para ayudar a levantarse a Bjorn.

En el gremio de ingenieros, Larrik, un maestro ingeniero se adelantó al resto y dio la vuelta al Ator Delta. Su mirada desdeñosa repasó el ingenio que tenia delante.

"Un aprendiz podría imitar malamente un pájaro. Obviamente es lo que este barbilampiño ha hecho". Varios de sus allegados afirmaron con él. "Frente a un invento ya probado por nuestro pueblo como es el girocóptero, ¿para qué necesitamos otro ingenio volador? ¿Acaso no ha demostrado el girocóptero su valía en infinidad de ocasiones?"

"Eso es cierto maestro Larrik, pero quizá Karak Norn podría beneficiarse de tener una invención nueva". Esta frase tan valiente provenía de un ingeniero mucho más joven. Ingmar no sabe quien es, pero parece que puede ser una estrella ascendente ya que no le han soltado un capón al interrumpir el discurso de un veterano ingeniero. "El ingenio de este enano ha conseguido crear algo que funciona usando materiales de calidad espantosa como son los desechos orcos. ¡Imaginaros lo que puede ser si se hace con material tratado por enanos!"

"Tus logros con ese nuevo invento que es el Electrum pueden ser notorios, Tesla, pero eso no te capacita para opinar sobre cualquier invención de goblin ensetado que se presente frente a este tribunal de notables" le aspetó un tercer ingeniero, más joven. Este sí que se llevó un capón de un ingeniero basbaslarga, aunque a continuación los ingenieros veteranos le guiñaron un ojo de aprobación.

"Oh, vamos! Un ingenio que vuela más deprisa que un girocóptero y con capacidad para dos enanos! Con posibilidades claras de mejorarlo aun y con potencial de exploración a más distancia que un girocóptero! Eso tiene que tener valor! Aunque lo traiga un ingeniero que no conozcamos (lo cual es raro, lo admito) es a nosotros a quien se lo ha traído. Hay que sacar ventaja de esto!

"¿Y que sugieres? Lanzar granadas sobre las almenas de los castillos humanos en vez de derruirlas cavando? Menuda estupidez! La próxima vez quizá sugieres lanzar enanos sobre los trolls para matarlos!"

Ingmar asistía bastante atónito al debate que su invento estaba causando. Se reservó su comentario sobre los trolls y enanos voladores por si acaso. nunca hubiera pensado que su idea de un mometo pudiera causar tanto revuelo!

Tesla parecía apoyado por algunos veteranos y muchos ingenieros jóvenes, mientras que Larrik parecía ser el líder de una facción mucho más clásica dentro de los ingenieros. Sin embargo ninguno de los barbaslargas realmente notorios de la sala aun se había pronunciado.

Al cabo de varias horas más de debate, se acordó que no había acuerdo. Ingmar fue invitado a perfeccionar su invento en un taller "adecuadamente enano" y a presentar el Ator Delta II para su evaluación de nuevo cuando lo tuviera listo. De momento el gremio se reservaba la opinión sobre el Ator Delta, su peligrosidad para los enanos y su potencial civil y militar. En cualquier caso era un invento novedoso, y lo novedoso podía ser bueno o malo. Tesla parecía haber tomado una actitud amistosa hacia Ingmar.

Tras la intervención de los notables, se le ofreció a Ingmar la opcion de intervenir si asi lo deseaba.


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Mientras este debate se de producía en el gremio de ingenieros, en la taberna de dos niveles más abajo el combate estaba en su apogeo. Las banquetas volaban y los enanos se lanzaban objetos y otras cosas entre ellos. En su parte del local los barbaslargas observaban con ojo crítico la pelea, con cara actitud de "en mi época las peleas de taberna sí que eran peleas de taberna". Con ojo entrenado en tales lides, el propietario de la taberna apuntaba a toda prisa desde detrás de la barra de piedra los desperfectos para pasar la factura a los infractores después.

En sus escasos momentos de pausa, esquivando una jarra de bugmans (Bjorn lloraba desconsolado la pérdida de brebajes de calidad mientras partía sillas en la cabeza de sus oponentes) Ulric notó como un par de barbaslargas parecían fijarse en él, Thorgrim y bjorn por encima de otros combatientes. Uno de ellos parecía curtido en la superficie y llevar el sello real de Karak Norn en el medallón de su pecho.

(insertad lo que queráis sobre la pelea aquí pero dejadme a los veteranos tranquilos que los quiero usar para finalizar la escena)

- ¿Esto es por que fui lo suficientemente enano para montar y domar a ese gusano malnacido? No sabia que te preocupabas tanto por mi, si al final ya sabia que tenias el corazón tan dulce como el de una vespal elfa.

Dice Bjorn mientras se levanta por su propio pie limpiandose la sangre que mancha una comisura de su boca.

- Se que levanto pasiones pero francamente, hasta ahora se limitaban al otro sexo.

Bjorn le guiña un ojo y le lanza un besito a Thorgrim mientras coge una jarra de cerveza y la estrella contra la cabeza de uno de los enanos que luchaba contra el rompecorazo... rompehierros.

- Vuelve a lanzarme otro beso y aplastaré esa cabeza tuya rellena de diarrea de elfo – amenazó el rompehierros con una media sonrisa en la cara.

Acto seguido, lanzó una pata de taburete al ojo de un joven que intentaba atacar a Bjorn por la espalda.

- ¡Por Grimnir! Estás más loco que un snotling empachado de setas, maldito cervecero borracho – diagnosticó Thorgrim antes de retomar la pelea con el grupo de insolentes.

Era en momentos como ese cuando un enano se alegraba de ser un enano.

nunca antes en su corta experiencia de vida, por lo menos la que recordaba, se había sentido mas extraño que nunca, al menos en la caravana, nadie se conocía, eran como el... al principio,  pero aquí la cantidad de Thorgrimms y Ulrics era enorme, la mirada airada de algunos de ellos le hacia recordar con melancolía, los felices momentos peleando contra trolles y sierpes.

- Por la Barba de Barbas, esto era magnifico, en este venerable concilio, una luz...

Tesla... y su Electrum?, que sera eso?...-penso para si.

Luego, cuando el improvisado conclave acuerda que no acuerdan nada, pero le ofrecen una segunda oportunidad para hacer de nuevo su Ator Delta y le invitan a dar un ultimo comentario, dijo

- Gracias Respetable concejo, agradezco vuestra disposición, si me dais la oportunidad de probar con materiales nobles, seguramente quedareis satisfechos, yo mismo creo que este artefacto estará inacabado hasta que no se complete con herramientas legitimas.

Mientras Ericson sostenia unos relucientes virotes y comprobaba su equilibrado, la puerta de la armeria se abrió de par en par y entró un enano con un delantal blanco y una afilada navaja de afeitar manchada de espuma dando voces:

- Hermano corre! hay bronca en la taberna del Cráneo Hendido! y de las gordas! Al parecer, los aventureros que llegaron hace unos dias han tenido un malentendido con Kloin, la estrella del equipo de Blood Bowl Los Escudos de Karak Norn y ahora están liandola con todo su equipo, date prisa, despacha a este forastero rápido y vamos, no me la quiero perder!-

Ericson no prestó atención hasta oir lo de los aventureros, precisamente ellos daban con la descripción, pero no podian ser, seguro que no, sus compañeros y él mismo eran totalmente pacificos e inofensivos.
Ignoró al barbero y se apresuró en elegir unos virotes de precisión cuando el armero le increpó para que se diese prisa.

Que curioso era todo por aqui.

Ingmar espero a que el concejo se vaciara, algunos maestros no se dignaron en voltearle a ver, otros lo miraban con desaprobaciòn...

esperò su oportunidad de hablarle a Tesla, que no se habia retirado del recinto,

Tesla le daba explicaciones a un barbilampiño, sus ademanes eran vehementes y lo despidio con urgencia, luego le vio y como si esperara platicar con el, le sonrio ampliamente y le dijo.

- Vaya, vaya, parece que no has tardado en encontrar problemas, y te empecinas a pesar de no haber sido aceptado del todo por esta comunidad, veo que eres de los que empiezan con el paso equivocado, jajajaja.

Ingmar se sintio mas comodo con el tratamiento relajado del enano, y contesto

-es lo que me sale mejor

-jajaja, bueno, se hecha de ver con facilidad, pero volvamos a lo que te trae por aquì, estare al tanto de que se te provea el taller adecuado, por adecuado me refiero, a que puedas trabajar con mi equipo, personalmente quiero asegurarme que puedas llegar tan lejos como puedas, sin que te fastidien los mas tradicionalistas, pero si no puedes me encargare yo mismo de que te condenen al ostracismo, jajajaja...   por cierto... bienvenido

Ingmar se trago el chiste de no muy buena gana, sobre todo porque parecia que podria volverse cierto, pero de todas maneras...

-Gracias Maese Tesla, tratare de no drefaudaros, trabajare duro en ello... -sin embargo la curiosidad le llevo por otro lado- por cierto quisiera saber que es el electrum?

-Ja, es algo en lo que trabajo, aprovechando ciertas propiedades del gromril... pero ya tendremos tiempo luego, por el momento ve a buscar otras ropas, pareces un vagabundo...  por cierto tu viste el metal rojizo?...

- No Maese, No,  Garim lo trajo con gran secreto, por que?

-Por Nada...  olvidalo, y no me digas maese, me llamo Tesla y creo que me retiro, ven mañana la cede del gremio, tenemos que ultimar detalles sobre tu taller, nos vemos

-Vamos muchacho, decidete ya que la bronca se va a terminar y me la voy a perder! quiero ver como los duros jugadores de Blood Bowl machacan a los recién llegados!-

Con las prisas, Ericson seleccionó una docena de afiladísimos virotes para ballesta, con ello se gasto una cuarta parte de las monedas que llevaba bien guardadas en un bolsillo interior de su  zurrón de piel de cabra, y dando las gracias al impaciente armero salió dispuesto a buscar algo que le protegiese de los golpes mas que sus ropas y mono de trabajo.

Con paso firme, a cuatro tiendas mas abajo siguiendo la empedrada calle, entró en una pequeña tienda cuya puerta se hallaba flanqueada por dos sendas figuras de bronce que representaban enanos Rompehierros cubiertos con corazas desde los pies hasta la cabeza.

Un simpatico anciano le dio la bienvenida, tenia la nariz sonrojada y al hablar parecia que la lengua se le trababa un poco, quizás su simpatia estuviese incrementada por unas cervezas de mas. Ericson le comentó que buscaba una armadura, nada metalico y muy pesado, preferia un peto de cuero endurecido y remachado, esto no le entorpeceria demasiado ni causaria ruidos cuando acechase a sus presas escondido detrás de unos matorrales.

Seguidamente el alegre anciano le mostró una pechera de reluciente cuero marrón oscuro, remachada a los lados y tachonada con bandas de metal que la fortalecian en las partes mas vitales.

Una vez Ericson comprobo que era su talla, se decidió a comprarla, ello le supuso practicamente el resto de ahorros, le quedaba lo suficiente para permitirse un alojamiento modesto y unos ligeros viveres para cuando retomase su camino, quizás, podria ayudar a algún herrero durante unos dias y ganarse unas monedillas extra, si no le costaba otro puntapié en el trasero, claro.....[/i]

5 minutos despues...


Por los apestosos pelos del sobaco de mi tatarabuela. Este tipo es duro y más pesado que las veladas de acordeón de la tia Filoment en año nuevo.

¿Donde estaran mis compañeros cuando los necesitas? ¿donde andará el ingeniero? ¿donde estará el rompehierros? Y más importante ¿donde cojones estoy yo?

Pensaba Bjorn mientras se intentaba enderezar la nariz. Cuando su vista se aclaró descubrió que estaba en la cocina, por lo menos eso creia. Como pistas estaban las hollas humeantes, las gallinas colgando de sus ganchos y los cuchillos desordenados sobre las mesas.

En una esquina habia tres cocineros enanos de ojos rasgados (¿por qué todos los encargados de cocina tenian que ser de Kitai?) que lo insultaban, o eso creia por su vehemencia,  en un idioma incomprensible.

En un lado gruñia solitario una masa de pelo rizado y colmillos que parecia ser la cena de esta noche, un jabalí negro como la noche y chillón como una enana en su noche de boda, que forcejeaba impotente con la cuerda que lo ataba a la pared.

Pero lo peor de todo era Rjonr "diente de plata" que avanzaba sonriendo mientras hacia crujir su cuello y se pasaba una mano tan grande y gruesa como el libro de agravios de la familia por la roja cresta.

Detras de el estaban los hermanos Malaveta, ambos con la sonrisa torcida, los dedos en sus fajas, las piernas arqueadas transpirando confianza tapando la salida de la cocina y las manos prestas cerca de las navajas.

Buf, en buen momento se han acordado de aquel asuntillo en el pajar.

Con un rujido Rjonr cargó de cabeza... para estrellarla contra la pulida superficie de una sartén que Bjorn agarró en el último segundo. Casi se podia adivinar los contornos de la cara del matador en el culo del cacharro.

Espero que aún queden hojas en su lista negra.

Un destello de metal y un rápido movimiento llamó la atención de Bjorn. Los Malaveta habian sacado las navajas y eso solo significaba problemas en el horizonte.

Estoooo. ¿Como demonios podia saber que era vuestra madre? ¡Ni siquiera tenia canas en la barba!

Vale, hora de ponernos creativos.

Con rapidez el enano montó a horcajadas en el jabalí y cortó con un cuchillo la cuerda que lo ataba. Le mordió una oreja para darle animos y enfiló su cabeza en direción a la puerta.

Unos segundos despues de la cocina surgió una borrón de pelo y furia de la cual surgian pintorescos insultos.

La pelea en la taberna casi se detuvo para dejar pasar a esa aparición que derribaba mesas y enanos por igual a su paso.

Bjorn solo se entretuvo en lanzar un par de dientes de oro al mostrador que habia arrebatado a unos orcos en el campamento y para lanzar un beso y un guiño cuando pasaba al lado de la enana con la que antes habia pernoctado.

A la mañana siguiente se despertó con la cabeza doliendole como el yunque de un herrero, abrazado al adormilado jabalí dentro de un tonel vacio de cerveza en la zona de fuelles de la fortaleza enana.

Ademas descubrió que en algún momento de la noche se hizo por alguna razón un tatuaje en el brazo derecho en el que salia un enano que se suponia que era el cabalgando una sierpe bajo un texto que rezaba "Rigoberta´s rider"

Tras el paso del jabalí con su jinete enano la taberna se quedó momentáneamente en estado de shock. Sin embargo pronto empezaron a volar los taburetes de nuevo. Esta situación cambió cuando los veteranos se levantaron y con una carga conjunta dejaron fuera de combate a los jovenzuelos barbilampiños de la sala, ya fuera derribándoles o (más común) dejándolos inconscientes. Ulric y Thorgim se encontraban luchando hombro con hombro contra los blitzers del equipo de blood bowl rival cuando alguien agarró sus cabezas y las hizo entrechocar con fuerza. Todo se volvió negro.

Al cabo de un rato ambos enanos despertaron con un buen dolor de cabeza en el frío del cubo de apestoso líquido transparente y sin sabor que les acababan de arrojar a la cara. ¡Ni que fueran elfos que necesitaran bañarse! No se oía ruido de combate. Al abrir los ojos de golpe con ademán de protestar vuestro insulto murió antes de dejar vuestros labios. Vieron que se encontraban en una sala amplia con braseros puestos al lado de las columnas y unas grandes puertas a los lados. En dos sillas cercanas ricamente labradas se encontraban dos enanos de barba blanca observándoles con gesto hosco rodeados por enanos que claramente eran ricos y veteranos. Ulric intentó determinar quiénes eran los enanos principales, ya que era obvio que se trataba de enanos de alto status rodeados por (por lo menos) herederos de clanes, pero no pudo localizarlos con su dolorida mente. Para Thorgrim por el contrario era obvio: estaban delante del Principe Ragnar de Karak Norn y de su tío Olaf, los principales enanos de la fortaleza por debajo del rey Thorfinn Nornson. El resto de enanos eran los integrantes del Consejo de Karak Norn. No le temblaron los pies ya que era un rompehierros, pero se le hizo un nudo en el estómago. Nunca había estado frente al consejo, y menos siendo el centro de atención. 

"Garrik aqui presente" indica Olaf señalando a uno de los barbaslargas "nos indica que habéis montado jarana en la taberna. La verdad, no me sorprende teniendo en cuenta la reputación que os habéis labrado en una simple expedición al exterior. De un enano de superficie nos lo esperábamos (y cosas peores), pero de un rompehierros hijo de Karak Norn no. Controla tu temperamento, Thorgrim Forgehammer, o nunca subirás en el rango de los rompehierros."

"Oh, no me miréis con esas caras. Los enanos jóvenes (y no tan jóvenes) tenéis todo el derecho del mundo a luchar si los mayores no objetan, pero caer en una trampa tan obvia de un equipo de blood bowl... digamos que nos parecía que teníais más criterio."

Los barbaslargas presentes gruñen su conformidad con esta afirmación. El gruñido era una mezcla de aprobación por la pericia mostrada y una muestra de desprecio hacia el sinsentido juvenil.

Por lo que cuentan habéis hecho los dos un gran trabajo en combate. Eso es encomiable en un enano, especialmente contra malditos trolls y sierpes que estaban atacando a nuestros hermanos. Sin embargo, parece que no estáis preparados para ser considerados como enanos de pleno respeto aun. Vuestras barbas empiezan a tener una longitud considerable, y pensábamos que igual podíais mostrar más sentido común. ¿Creéis que Grimnir abandonaba a sus compañeros en el camino? ¡Por Grungni que no! ¿¡Qué hubiera ocurrido si esa panda de locos llega a sufrir un ataque!? Los ingenieros me dicen que puede que lo que trajeron hasta tenga valor, así que puede que sean útiles, pero desde luego no tocan de pies en el suelo. 

Cuando hacéis gesto de replicar una mirada de desaprobación del príncipe os hace replantearos la opción y callaros.

"Nos habéis defraudado. Karak Norn necesita buenos guerreros, y en eso no tenemos queja. Sin embargo Karak Norn necesita también enanos que muestren dotes de liderazgo, dotes de sacrificio y sobretodo que miren los unos por los otros. Cuando los enanos dejan de trabajar juntos, los orcos y los elfos salen ganando. No habéis mostrado madurez en vuestras decisiones de repartir el grupo, así que vuestros clanes seguirán considerándoos como barbilampiños. No siempre va a haber un veterano para dirigiros, así que el mostrar criterio es importante."

Aquí el príncipe Ragnar toma la palabra. "Sin embargo habéis recopilado una información muy util para Karak Norn, y Garim Greeneye ha hablado bien de vosotros en el combate contra la sierpe. Por ello el Consejo os concederá una nueva oportunidad de mostrar vuestra valía. No me lo agradezcáis, ya que implica andar bajo árboles, no roca confiable."

"Los extraños informes que habéis traído sobre un mago humano y los goblins nos tienen preocupados. Hemos observado también un incremento de la actividad de los skavens en el subsuelo y parece que hay movimiento en el norte de Loren, con los humanos armándose y teniendo escaramuzas entre ellos, lo cual es un incordio para nuestro comercio. Puede que estas cosas estén conectadas, o puede que no, pero queremos saber quién hizo la masacre que mostrasteis. Queremos un grupo pequeño para investigar para no llamar la atención y moverse con celeridad. Vuestro grupo se mostró competente en la misión de rastreo hasta el poblado orco y en el combate, asi que os mandaremos de nuevo a investigar. No Thorgrim, a ti también. Tus compañeros rompehierros apreciarían tu presencia, pero consideramos esta misión más importante. Partiréis dentro de tres días. Puede que a la vuelta ya se os conceda un anillo para vuestras barbas."


+++++++++++++

Ericson volvió hacia sus aposentos situados cerca de las forjas con sus flamante equipo nuevo. Era la zona de su clan. Al pasar frente a la forja de su tío Lass este levantó la vista y lo miró. Por una vez no vio en su cara esa expresión mezcla de penica y desaprobación clásica del veterano herrero, sino algo similar a la fiebre excitada que provoca el beber demasiado. Aunque su tío tenía una reputación en las tabernas de Karak Norn, donde era el enano que más cerveza de garrapato era capaz de engullir, en este caso el maestro herrero parecía fuera de sí por otras causas.

"ERICSON MUCHACHO! VEN AQUÍ Y AYUDANOS CON EL FUELLE!"

Ericson se acercó. Era poco habitual que su tío le reclamara desde que no supo forjar ni siquiera una espada, pero parecía que algo había pasado. La gran herrería del clan estaba atestada de enanos trajinando arriba y abajo y muchos de ellos conversaban animadamente. Ericson se quitó su nueva armadura y la guardó antes de que algún enano tradicionalista mirara con desprecio su armadura de cuero o se pensara que era un peto de herrería y le reclamara para trabajar. A continuación se acercó a la fragua y vio lo que probablemente era la causa del revuelo.

Sobre el fuego había lo que parecían barras de un metal brillante como la luna que capturaban la luz del fuego y fluían por el molde que tenían debajo como un rio de estrellas. Eso sólo podía ser gromril. Hasta un inútil forjador como él lo sabía. Cualquier miembro del clan de herreros Ramhead sabía esto. Sin embargo parecía que había algo extraño e ese gromril. Era rojo, cuando todo el mundo sabía que el gromril era plateado o negro si venía de Zhufbar. Que Ericson supiera nunca se había visto gromril rojo. Recordó entonces el secretismo de Greeneye y el enano de la cerveceria de Bugman con el que trataron. ¿Seria esa la fuente?

"Venga Ericson, no seas vago! A los fuelles!" Ericson se puso a trabajar con sus primos Fildur y Barlak Ramhead y pronto el sudor corría por su espalda. Sólo sus gruesas cejas evitaban que el sudor le cayera en los ojos. Su otro primo Harek y su tío sacaron con extremo cuidado el gromril rojo del fuego y empezaron a martillearlo. El sonido cuando los martillos golpeaban el metal era música. Para los herreros se suponía que era el grado sumo de arte percutor, una melodía digna de un dios enano. Para Ericson sonaba como arrastrar una mandíbula de garrapato por una pizarra. Definitivamente esto no era lo suyo. Bueno, seguro que era gromil. Normalmente el sonido que Ericson oía era el llanto de un barbalarga al verle martillear.

El gromil crepitaba sobre el yunque, y poco a poca fue tomando la forma de un hacha. El canto de los martillos sonaba acompasadamente en el yunque mientras el clan Ramhead trabajaba. Varios otros enanos ayudaban también alimentando la fragua y Karrif Ramhead, el herrero rúnico supervisaba la operación del maestro de forja. Tras tres agotadoras horas Karrif fue respetuosamente invitado por el tio de Ericson a hacerse cargo del hacha. Karrif cogió la cabeza del hacha y la sopesó son cuidado. El resultado pareció agradarle y de un solo golpe grabó una marca en el centro del metal. El gromril se hundió con el poderoso golpe para iluminarse a continuación con una luz azulada. El primer trazo de una runa de poder acababa de ser inscrito. El herrero rúnico colocó la hoja de nuevo en el corazón de la forja e instruyó al clan para mantener la cabeza a una determinada temperatura durante la próxima luna. Ericson tuvo que trabajar durante dos horas más antes de que su tio le permitiera retirarse a sus aposentos, donde cayó rendido.

Antes de dormirse Ericson no pudo más que pensar que luchar contra trolls y enfrentarse al peligro de una horrenda muerte era mucho más relajado que trabajar para los maestros de Karak Norn.