- ¡Avance! - Los sensores de proximidad cobraron vida ante la presencia de los asteroides. Cientos de pequeños colosos obligaron a la flota a dispersarse para lograr esquivarlos. Cada fragata desplegó sus escuadrones de protección como medida de seguridad, tal y como la Academia de la Flota Imperial exigía.

La veintena de navegantes parloteaba sus mediciones. Blodo miró por los amplios ventanales de la cabia de mando. Tenía un mal presentimiento...

"Los torpedos salían de la nada, impactando en los desprevenidos colosos. De pronto se dejaron ver las aeronaves de combate orcas, cientos de ellas.
El Capitán de Crucero Blodo avizó los ojos, descubriendo que las nubes de asteroides no eran tal. Blasfemó estruendosamente al ver los pecios orcos tras las grandes rocas. Más bien actuaban como satélites con su planeta, ofreciendo protección a los malditos pielverde. Las escaramuzas dieron paso al combate total. Disparos láser, torpedos, misiles de fusión, explosiones cegadoras, ...
Ordenó virar a estribor, el crucero dibujó un pronunciado giro. Dos torpedos gigantescos explotaron varios segundos más tarde junto a su flanco. Los cañones de proximidad de estribor abrieron fuego calcinando tres rudimentarias cápsulas de abordaje orcas. Dos más impactaron en la proa del castigado navío. Las alarmas de despresurización sonaban, temblores. De pronto el suministro de energía falló y tan sólo las luces de emergencia les iluminaron..."

Las patrulleras perfilaron rodeos respecto al grueso de la flota. Estaban saliendo del cinturón de asteroides.

- Demasiado sencillo - murmuró el Almirante Blodo. El Comisario Mayor de a bordo se le acercó inquiriéndole hablar claramente - ... Nada, tan sólo meditaba. - Fijó de nuevo su atención en el exterior. Su ojo biónico analizaba cada pedazo de piedra sin encontrar rastros de electrónica en ellos.

La trayectoria de una escuadra de escolta se alteró, haciendo explotar en polvo un asteroide que se aproximaba sobre la fragata.

Blodo se sobresaltó ante el haz de luz que esto provocó. Exigió informes inmediatos. Nada que reportar.

- Demasiado sencillo...

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Los "Cazadores de Morkos", como conocían a este destacamento de Catachan, estaban embarcando en el puerto de estribor. Cientos de soldados se aglomeraban en torno a los oficiales.

- ¡Estad orgullosos! - Gritaba el Capitán - Seremos los primeros en desembarcar. Nuestra zona asignada es la más mortífera según el Alto Mando. - El avezado oficial paseaba sobre el Hellhound bajo la atenta mirada de sus guerreros - Caeremos sobre un asentamiento orco, en las montañas meridionales del continente Prallur. Según cuentan, - prosiguió con un tono más calmado, pero no por eso menos claro ni potente - lo peor no son los orcos. Aún cuando el planeta permanecía bajo la luz del Emperador se evitaban esas montañas. Cientos de partidas de colonos desaparecían dejándo tan sólo restos de sangre y ropas. Existen bestias salvajes letales en la periferia de las montañas... dentro de ellas simplemente no se sabe qué hay porque nadie regresó vivo para contarlo. - El Capitán Papol elevó los brazos, sintiendo su adredalina aumentar progresivamente - ¡Hay junglas casi tan espesas como en casa! ¡Devoradores que serán un duro rival! ¡Y además orcos! - El silencio era absoluto. Más hombres y mujeres del imperio se congregaban en la improvisada oratoria. Sodados de logística, personal naval y hasta un grupo de tecnosacerdotes. - ¡¿Y qué decís a mi llamada?!

Un rugido sobrenatural se elevó desde la curtida garganta de cada guerrero. Cientos de Colmillos de Catachan se elevaron en el espeso aire del puerto de estribor, acompañados por el ritmo de rugidos del destacamento.

- Bien, - acayó el Capitán - música para mis oidos. El Emperador nos brinda la oportunidad de recordar nuestro hogar. ¡Devolvámosle el favor añadiéndolo a sus dominios! - silencio, respetuoso y total. - ¡Seguid tocando para mí!

Las tropas de jungla tocaron su particular himno. Arrollando al resto de grupos que se habían añadido a la demostración.

- ¡Herejes! - gritó de pronto un comisario desenfundando su pistola láser.

El Capitán, junto con su esfera de mando corrieron tras los pasos del comisario para descubrir otro comisario que yacía en el suelo metálico. Su cuerpo estaba perforado por armas blancas.

- ¡A mi los leales! - bramó de nuevo el comisario. A lo cual una centena de policias militares y comisarios entraron rápidamente en el puerto. - ¡Purificad a los responsables!

- ¡A mí! - gritó a su vez el Capitán. Tres catachanes se avalanzaron sobre cada recién llegado antes de que siquiera pudieran reorganizarse para rechazar el asalto. - ¡¿A quién llamais herejes?!

La batalla campal terminó pronto. Un gran charco de sangre se filtraba en las rejillas del suelo. Sangre... pero no cuerpos.

- ¡Embarcad! - los "Cazadores de Morkos" entraron en las entrañas de las naves de desembarco, dejándo un rastro de sangre de camino a cada una de ellas. Cada avezado catachan ocultó un pedazo de cuerpo de sus víctimas, simplemente, haciendo desaparecer cualquier prueba sólida del sórdido asunto.

La megafonía cobró vida... "A todos los Guardias Imperiales. Les habla Cabrrituss, Señor de la Guerra del sector Osciruss, General de la Cruzada. ¡Demostrad de qué es capaz el yunque del Emperador! ¡Embarcad y llevad Su Sagrada Ira a cada xeno de este planeta!".

Casi medio millar de agentes del comisariado entraron disciplinadamente en el puerto, armas listas para abrir fuego.

Nadie salvo la escuadra de mando de los "Cazadores de Morkos" habitaba el gigantesco puerto espacial...

Papol sonrió ampliamente ante los comisarios, dándoles la espalda para caminar lentamente hacia su transporte.

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Fragata Tipo Destroyer "Ira y Rabia", Flota Cruzada Osciruss.
Órbita de Osciruss I, Planeta Capital del sistema.
Decretada misión de Purga Total.
661.M41
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Nada, comentar que he visto un relato en el foro y me he entretenido posteando los que tengo en el www.clublandwehr.com (un club malagueño mu apañao).

Bueno, pues te comento aqui todos los textos. En general me han parecido muy buenos todos, entretenidos y ajustados al trasfondo de warhammer 40000 muy bien. Han sido divertidos

Pero me encuentro dos pegas de transfondo: Los Guardias Imperiales hablando de Nurgle...a un guardia imperial no se le habla de Nurgle, no saben ni que existe algo asi. Y lo del asesino, pocos conocen las casas del Oficio Asesinorum, un mero guardia...lo veo muy dificil, quizas que hubieran dicho que el Administorum habia enviado a alguien...

Mmmm psí... bueno...
No en serio:

Barro y Moscas no es mío, tampoco Un nuevo hermano. Son de un colega online que no le importa que los postee por ahí.

Lo del Asesino... esque se me escapó de las manos y llegó a un punto que o les salvaban marines, asesinos o monjas con servoarmadura 

Aprecio el comentario.