Bueno, pues hoy he descubierto el apasionante mundo de Alien Assault, y llevo jugando bastante rato (aunque la mision Onslaught me toque los hue... bien tocados). Y, ahora que descanso un rato, tengo bastantes ganas de hacer un relatillo de lo mismo, asi que ahi va.

El pecio era enorme. Orbitaba mansamente sobre el planeta Urbion VII, marchito, muerto, pero hogar de los Hijos del Acero, uno de los más de mil capitulos de Marines Espaciales que estaban esparcidos por el Imperio. En las enormes masas férreas, se escucho un enorme ruido, como de succión. Y luego silencio.
-Escuadra Makhaira teletransportada con exito, hermano Capitán Amel.-Dijo uno
-Muy bien, hermano Sargento Akira. Ahora encuentra los restos del Hermano Capitán Kholdor y traenoslos- Dijo el Hermano Capitán Amel por el intercomunicador.
-Si, Hermano Capitán.-Apago el intercomunicador.
-Hermanos, ya sabemos a lo que venimos. No os separeis, esto podria ser peligroso.
-A tus Ordenes, hermano sargento Akira-Ese era el hermano exterminador Jolien, el mas joven y pensativo del grupo de cinco exterminadores.
-No creo que haya problemas, los radares no han encontrado ningun tipo de vida en la nave-dijo el Hermano exterminador Arkman, con unas cuchillas relampago brillando en la oscuridad.
-Si solo tuvieramos a lo que esta vivo...-Dijo el hermano Luciad, preparando su bolter.
-Callad, y ajustaos los cascos. Este pecio puede romperse en cualquier momento, y no quiero que ninguno se quede sin oxigeno a mitad mision.-Respondio el hermano sargento Akira. Todos asintieron y se ajustaron los cascos a la perfeccion. Como siempre, el hermano Dolf callaba. Andando, el pecio parecia mucho mas enorme de lo que era en realidad. Los restos del hermano Capitan Kholdor estaban en algun sitio del mismo, y tenian vagas insinuaciones de su paradero, pero habia que asegurarse. Los pasillos angostos, y la oscuridad, total. Se oian las enormes pisadas de los exterminadores, y los ruidos del hierro al moverse.
-A la derecha, hermanos.- dijo el sargento, y encontro una enorme sala, con algunos pilares de sujeccion.
-Esto debia ser la sala de mandos de la nave..
-Una nave que no me recuerda a ninguna otra. No es eldar, ni tau. Y, definitivamente, no es de los Orkos. ¿de quien puede ser?
-Eso no importa, busquemos los restos del hermano capitan.
Conforme pasaban los pasillos, estos se hacian cada vez mas pequeños, y al final los exterminadores tuvieron dificultades para pasar por ellos. Lentamente, se fueron acercando a otra sala enorme, que no podia ser la de mandos. ¿o si?
-Hermano Sargento, creo que nos hemos perdido.
-Nada de eso. La naves es asi. Carece de toda la simetria y perfeccion a la que estamos acostumbrados, hermano Luciad. No se que heretica raza pudo construirla, pero centremonos en la mision.
Siguieron pasando pasillos, que se ensanchaban y se empequeñecian, y tambien por salas, grandes y pequeñas.
-Hermano Sargento, creo que hay algo vivo por aqui. -Dijo el hermano Jolien, mirando el auspex que llevaba incorporado en el brazo.
-Preparaos, seguro que no es nada bueno.
Los marines se prepararon para el combate. El hermano Arkman comenzo a blandir las hojas relampago de manera amenazante, contra la oscuridad. Los demas prepararon sus correspondientes bolteres, y el Sargento Akira preparo tambien su espada de energia. Se escucharon unos leves ruidos, pero solo eran hierros a la deriva. Los hermanos exterminadores continuaron su travesia, pero ya preparados para lo peor. Quien les iba a decir que encontrarian los restos del Hermano Capitan ahi, en medio de una gran sala y rodeado de cadaveres de...
-¡Tiranidos! ¡A decenas, hermano sargento! Se acercan muy rapido.
-Hermanos, preparaos. Que alguien vaya a por el hermano Capitan y lo recoja.- El hermano Luciad fue corriendo a por su superior muerto, mientras los cuatro le rodeaban en una estrecha sala, de la que salian varios pasillos.-Aqui escuadra Makhaira, ¿me recibis, hermanos?
-Si, hermano Sargento Akira.
-Encontramos el cuerpo del Hermano Capitan Kholdor, pero tambien hay decenas de tiranidos aqui. Pido que nos teletransporten de vuelta al Espiritu Vengativo y bombardear el pecio.- Por el intercomunicador se escuchaban las letanias y el accionar de teclas y palancas
-No podemos hermano Akira. Algo lo impide. Debeis salir un poco hacia el sur.
-Entendido. ¡Hermanos, debemos dirijirnos hacia el sur!
-¡YA vienen!
Como una marea viva, decenas de tiranidos se colaron en la habitacion. Las rafagas de bolter volaban y destrozaban carne, hueso y hierro. El hermano Arkman partia a los bichos con sus garras, y los demas se replegaban.
-¡VAMOS!
Con el hermano Luciad cargando al muerto en medio, los demas exterminadores avanzaban lentamente entre los pasillos. De repente, muchos tiranidos aparecieron a la cabecera de la comitiva, y los marines quedaron rodeados.
-¡Hijos del Acero, Padres de la Muerte! Grito el hermano sargento Akira, y comenzo a cortar y sajar a los tiranidos con su enorme espada. Todos los hermanos estaban al limite. La batalla era, al menos, de 30 a 1, pero ellos erna Exterminadores, lo mejor de lo mejor de lo mejor del Imperio. Lentamente, lucharon por cada centimetro de terreno. El hermano Luciad se defendia a duras penas, hasta que solto el cuerpo del capitan y comenzo a aplastar a los tiranidos con su puño de energia. Arkman luchaba rodeado, pero riendo como un loco.  Jolien acababa de reventar los sesos de un hormagante y Dolf arremetia incluso con su propio cuerpo a la marea viviente, pero sin media palabra.
-Hermano Luciad, recoje al Hermano capitan, te protegemos. Dijo el hermano sargento Akira, en un momento de respiro.-Y corred, queremos recuperar el cuerpo del Hermano Capitan, no dejar mas por el camino.
Akira recibio un mensaje en su intercomunicador. Solo unas decenas de metros mas, hermanos, y podremos teletrasnportaros. Corrieron sin descanso, con las pesadisimas armaduras de exterminador. Y sobrevino otra oleada de tiranidos. Esta vez venian sobre todo de la retaguardia. El hermano sargento Akira tomo su decision.
-Hermanos, adelantaos. Yo les frenaré.
-No, hermano Sargento Akira. Yo me quedare. Adelantaos vosotros. Dijo el calladisimo Dolf.
-No pienso dejar que mueras tu, hermano Dolf.
-Usted lo ha dicho, hermano sargento Akira. No quiere dejar mas cadaveres. Y yo no morire. Estese seguro.- Callo un segundo.-Ahora, marchaos, hermanos.
El sargento Akira no le contradijo, y comenzó a correr. Los demas le siguieron. Se escucharon rafagas de bolter y un sonorisimo ¡Por El Emperador! aullado por el hermano Dolf. Parecia que toda su vida hubiera guardado su aliento para eso. Los exterminadores corrieron hasta una gran sala, donde unos tiranidos aparecieron, pero solo para morir bajo las rafagas de bolter. El hermano Akira recibio un mensaje: 'Perfecto hermanos, podemos traeros'. Sono un enorme ruido, como de succion, y despues los gritos de le pelea de Dolf con los tiranidos.

El hermano sargento Akira llego al Espiritu Vengativo, nave insignia de los Hijos del Acero. Abatido, y con un hombre menos. Era cierto que Dolf no moriria. Ahora viviria en las leyendas de los Hijos del Acero, por una hazaña que se recordaria por siempre, o, al menos, hasta que quedara gente que pueda recordarla.

Tengo aqui tambien la version sin faltas de ortografia, pero los personajes no se diferencia por colores y ahora no tengo tiempo para pasarlo. Mañana lo corrijo.

Me lo he leido entero de un tirón, muy absorvente, la verdad. Lo único que me chirría es lo del puño de energía en vez de puño de combate, pero no es la primera vez que lo oigo, ¿es por la traducción verdad?

"¡Hijos del Acero, Padres de la Muerte!" Muy bueno, ¿es tuyo?

Puño de energia es que a veces se me cuela, del Ingles Power Fist. Pero bueno, si, que es un puño de combate de toda la vida 

La frase creo que es mia, pero quizas leyera algo parecido en algun sitio, no se.

Si eso, quizas continue con algun relatillo de los Hijos del Acero, pero con tiempo.